“El área de siembra de canola este año superó las 100.000 hectáreas, lo que para Paraguay es un récord. Hasta el momento viene bien el cultivo y su implantación es muy buena. Podemos decir los productores hicieron un trabajo sobresaliente y que el clima, hasta ahora, también está colaborando de manera favorable”, comentó Osterlein.
De acuerdo con el profesional, aún es temprano para hablar de rindes y estimar un volumen de producción porque las plantaciones están empezando a florecer y hay mucho camino por recorrer, pues dependerá de cómo vayan prosperando los cultivos y obviamente de las condiciones climáticas. No obstante, estiman que se mantendría el mismo promedio del año pasado, que fue de 1.800 a 2.000 kilos por hectárea.
“Fue un promedio razonable e históricamente bueno, hay que destacar, por lo cual, si se iguala al del 2022, va a estar bien. Pero si todo sale como esperamos, las proyecciones de que mejore aún más son elevadas”, afirmó.
Con respecto a la comercialización y exportación del producto, prácticamente todo lo producido en la zafra pasada, entre un 50% a 60%, quedó en el mercado interno y lo restante partió al exterior. “Este año apuntamos a elevar el volumen de envíos y en eso estamos, trabajando, buscando y conversando con los diferentes mercados internacionales”, señaló.
Entre los principales destinos de la canola paraguaya se encuentran mercados de Europa, aunque también se está enviando, pero en menores volúmenes, a Brasil, Uruguay, Chile y Estados Unidos. “Rusia también estaba comprando, pero con los problemas que tiene a raíz del conflicto bélico con Ucrania no está muy competitivo hoy en día. Apuntamos principalmente al mercado europeo y al asiático, porque el volumen de envíos a esos destinos es mucho mayor”, precisó.
Según Osterlein, existe una alta demanda en el mercado internacional, aunque también lo es la exigencia en cuanto a calidad del producto. “Estamos en constante comunicación con empresas que buscan comprar granos. Lo que pasa también es que Paraguay nunca tuvo un exceso de producción como para cubrir una demanda grande del exterior, siempre fueron volúmenes pequeños, pero con el aumento paulatino de los niveles de producción el objetivo es ir captando nuevos mercados”, mencionó.
Añadió que este año la exportación estará supeditada a cómo marche la producción y los precios, porque hay una recesión a nivel mundial en lo que se refiere a los valores de los granos, que podría influir en la comercialización. “Así como el precio de la soja está cayendo, lo mismo podría ocurrir con el precio de la canola, pero son cosas que lastimosamente no dependen de nosotros”, subrayó.
En tanto, la demanda interna se mantiene estable ya que los compradores locales tienen una capacidad de molienda y uso específico que debe cubrirse, por lo cual el nivel de compra no decae. “Sin embargo, consideramos que sería importante que se vaya dando a conocer más las cualidades que tiene el expeller de canola, para que vaya aumentando su uso, lo cual demandaría más grano. Eso es lo que estamos esperando que suceda a futuro, que se promuevan más sus bondades y que la demanda vaya creciendo como el área de siembra”, concluyó.