Silva es socio fundador de Okara, ARCA y Pireka (El Mundo del Asado). Además es miembro del consejo directivo de la Fundación Teletón de Paraguay, y la Fundación Sonidos de la Tierra. También es director consultivo de empresas de distintos rubros y forma parte del Equipo Nacional de Estrategia País (ENEP).
¿En qué está basado su libro?
Este libro está muy ligado a un relato personal relacionado con mi paso por la Fundación Teletón, una historia que empezó en el año 2007 y que inevitablemente inició un proceso de transformación colectiva.
En la reconstrucción de ese gigante de la solidaridad y de los medios de comunicación, que estuvo al borde de la muerte y se reinventó para alcanzar la dimensión que tiene hoy, está también mi camino de transformación hacia un liderazgo más integral.
¿A qué público apunta el libro?
Apunta a todas las personas que perciben en su experiencia que las miradas tradicionales sobre el liderazgo y las organizaciones no les son suficientes. Es un libro para quienes quieren revisar sus miradas y prácticas, para conseguir resultados diferentes. No lo recomiendo para quienes piensan que los líderes deben ser el centro del universo porque ese es un modelo que pudo haber sido útil en su momento pero que a todas luces ya no es suficiente para el mundo en el que vivimos.
¿Qué enriquecimiento otorga a los que se desempeñan en altos cargos?
A cada persona le tocará definir cuánto se enriquece y qué aprendizajes son más relevantes. Dependerá mucho del nivel de apertura y de sus necesidades. Lo que puede ser relevante para mí no lo es para los demás y viceversa.
¿Cuál es la diferencia entre un líder y un jefe?
Creo que todos sabemos cuáles son las diferencias entre los líderes y los jefes en el sentido de que los jefes no siempre tienen la autoridad que va más allá del cargo que ocupan.
Un jefe generalmente debe recordar permanentemente a los demás quién es, pero los líderes no necesitan hacerlo porque es un reconocimiento que se da en la interacción entre las personas.
¿Qué puede decir sobre el liderazgo en la cultura paraguaya?
En Paraguay todavía está muy presente la lógica del liderazgo feudal, no solo en política sino en muchas empresas y organizaciones de distintos ámbitos y rubros.
Esto genera una debilidad enorme porque son modelos que no favorecen la construcción de institucionalidad, lo cual es un requisito indispensable para que las empresas perduren en el tiempo. Además, generan grandes niveles de dependencia de una figura central limitando enormemente las capacidades de las organizaciones para responder a desafíos que son cada vez más complejos.
¿Es necesario que los líderes sepan reconocer sus errores?
El líder del futuro deberá ser capaz de revisar sus sistemas de creencias y dejar de ser el centro de la organización, para poner al propósito como prioridad, generando las condiciones adecuadas para la evolución del sistema organizacional.
Los sistemas organizacionales actuales, en su mayoría, están centrados en el liderazgo de una sola figura. Esto limita considerablemente la capacidad de las organizaciones para resolver lo emergente.
Una sola persona, por más inteligente o capaz que sea, no puede responder al vértigo en que se presentan todos los factores de cambio. Ningún sistema complejo funciona adecuadamente desde estructuras centralizadas y desde liderazgos personalistas.
Como nunca los liderazgos deben asumir sus limitaciones y su vulnerabilidad porque eso es lo que permite que los demás puedan aportar capacidades complementarias.