Según datos oficiales y privados, el hato nacional se viene reduciendo de manera sostenida desde 2021, con una pérdida de más de 500.000 cabezas solo en este año y de 1,5 millones de cabezas en los últimos años. Esta disminución responde a varios factores, entre ellos los ajustados márgenes de rentabilidad, la prolongada sequía que afectó a varias regiones del país y la falta de incentivos para mantener o ampliar las inversiones en el rubro. Aunque este año se espera una leve recuperación, el escenario todavía es desafiante.
En entrevista exclusiva con este medio, el presidente de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC), Ramiro Maluff, explicó que el sector está trabajando intensamente para revertir la situación. “Estamos ante una alerta que no podemos ignorar”, afirmó.
Maluff subrayó que uno de los principales problemas es la baja rentabilidad, lo que ha llevado a que algunos productores reduzcan sus planteles o, directamente, se retiren de la actividad. Según el ganadero, esta situación, que se vivió durante gran parte de 2024, provocó que pequeños y medianos productores optaran por vender animales sin reponerlos, generando un impacto directo en la estructura del hato. El presidente de la APPEC señaló que, si bien hoy en día el ganadero está recibiendo un buen precio por su producción, todavía se requiere una mayor previsibilidad para que se sienta incentivado a aumentar su apuesta en el sector y ampliar su rebaño.
Ante esta realidad, la APPEC, junto con otras organizaciones del rubro, está promoviendo una serie de medidas para incentivar la retención de vientres y mejorar los índices de productividad. Entre las estrategias planteadas figuran la adopción de tecnologías de manejo más eficientes, la mejora genética, la diversificación del sistema de producción y el fortalecimiento del financiamiento rural. “No se trata solo de tener más animales, sino de producir mejor”, recalcó Maluff.
Pese a estos esfuerzos, el especialista advirtió que, debido a los prolongados ciclos de reproducción ganadera, se sigue previendo una reducción del hato para este año, aunque los resultados de los esfuerzos actuales se estarían viendo en 2027, cuando se espera una leve recuperación del sector productivo.
El dirigente también destacó la necesidad de una mayor articulación público-privada para acompañar estos esfuerzos. “El Estado debe cumplir un rol de facilitador. Necesitamos políticas que promuevan la inversión, aseguren la infraestructura básica y abran más mercados para nuestra carne”, indicó.
Además de la dimensión económica, el sector ganadero también está enfocándose en la sostenibilidad ambiental, un factor cada vez más demandado por los consumidores internacionales. Desde la APPEC impulsan prácticas como la ganadería regenerativa y el uso racional de los recursos naturales, con el objetivo de demostrar que nuestro país puede crecer en producción sin comprometer su patrimonio ambiental.
A pesar de las dificultades, el sector mantiene su potencial. Paraguay sigue siendo uno de los principales exportadores de carne bovina de América Latina, con mercados abiertos en más de 60 países. Sin embargo, para sostener ese posicionamiento, la recuperación del hato se vuelve urgente. “Nuestro país tiene todo para seguir creciendo en ganadería: tierra, clima, conocimiento y, sobre todo, una tradición productiva fuerte. Lo que necesitamos ahora es coordinación y compromiso para retomar el rumbo”, concluyó Maluff.
El desafío es grande, pero también lo es la capacidad del sector para reinventarse. La reducción del hato ganadero es una señal de alerta, pero también una oportunidad para modernizar el modelo productivo y hacerlo más resiliente. En ese camino, la articulación público-privada será clave para garantizar que la carne paraguaya siga siendo sinónimo de calidad y confiabilidad en los mercados del mundo.