Silvia Riveros, directora del programa de salud auditiva Ñahendu de Fundación Visión, informó que más de 300.000 personas en Paraguay podrían tener problemas auditivos y la OMS considera que para el 2050 1 de cada 10 individuos padecerá inconvenientes en la audición. Con el Día Mundial de la Audición se busca la conciencia en cuanto a la detección temprana de posibles enfermedades que se dan tanto en adultos como en niños y que pueden generar daños y dificultades en el desarrollo de actividades cotidianas como la comunicación.
Normalmente se cree que la pérdida de la audición se da con los años y que los adultos mayores son los principales afectados, sin embargo, la OMS comunica que más del 5% de la población mundial que equivale a 466 millones de personas, padece pérdida de audición discapacitante, de los cuales 432 millones son adultos y 34 millones niños.
La pérdida de audición discapacitante se refiere a una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños. Un gran porcentaje de individuos con este problema vive en países de ingresos bajos y medianos.
La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda y las causas pueden ser congénitas o adquiridas. La primera puede darse en el momento del nacimiento o después por factores hereditarios y no hereditarios, o bien complicaciones durante el embarazo y el parto. Mientras que la segunda puede ocurrir a cualquier edad y por diversos motivos ya sean enfermedades infecciosas, presencia de líquidos en los oídos, algunos medicamentos, la exposición al ruido por largo tiempo y el uso de ciertos aparatos, entre otras causas.
En menores de 15 años, el 60% de los casos se deben a causas prevenibles y la proporción es mayor en países de ingresos bajos y medios con un 75%, en comparación a los de ingresos altos que se trata del 49%. Generalmente las razones de pérdida de audición en niños son: infecciones como la parotiditis, el sarampión, la rubéola, la meningitis y otras, problemas al nacer y uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes. En el caso de los adultos sucede por el desgaste de los años y a exposiciones antes mencionadas como el uso de aparatos y la exposición a ruidos frecuentemente.
Riveros explicó: “Si bien la discapacidad auditiva es un problema que preocupa a toda edad, el mayor desafío que tenemos es la detección temprana, ya que si un niño no recibe tratamiento a tiempo, podemos perjudicarlo de por vida, siendo que su problema auditivo afectará el desarrollo de su lenguaje, el vínculo con su entorno, la capacidad de aprender, su futura capacidad laboral y hasta su autoestima, en el caso que no adquiera otra lengua materna como la lengua de señas”. Además, recomienda una consulta anual con un fonoaudiólogo u otorrinolaringólogo.
Agregó: “Desde Fundación Visión queremos invitar a todos los paraguayos a reflexionar sobre el tema, y a visitar nuestro programa de salud auditiva Ñahendu, ya que estamos para ayudarlos”.