Según fuentes de la Agencia de Información Paraguaya, a través de EFE, pese a la situación de desigualdad, las niñas son conscientes desde pequeñas de sus cualidades y sus capacidades y, por su puesto, de sus derechos, explicó la coordinadora nacional de género y protección de Plan Internacional, Liliana Bruno.
“Hay un liderazgo importante en ellas”, dijo la representante de la ONG, que trabaja con niñas y jóvenes de distintas comunidades de Paraguay.
Sin embargo, el problema que encuentran son los estereotipos sociales y muchas veces los impedimentos comienzan en casa, donde se les “asocia al cuidado de otros y al rol doméstico”.
Plan Internacional fomenta y estimula el liderazgo con programas donde las niñas juegan a ocupar puestos de responsabilidad y no solo a ser madres, algo que para muchas termina siendo una realidad antes de tiempo.
Estos espacios les sirven de motivación y les proveen de la convicción de que ellas también tienen “derecho a estar en un espacio de toma de decisiones, de participación”, sostiene Liliana Bruno, en relación a la actitud de las jóvenes en estos talleres.
No obstante, esa determinación se ve truncada a veces por embarazos adolescentes o incluso en la niñez, lo que frena ese liderazgo y plantea otra problemática y acciones de trabajo.
Los datos que maneja Plan Internacional Paraguay muestran que tres de cada diez adolescentes que se quedan embarazadas están estudiando.
Las cifras no acaban ahí: de cada 100 partos que se producen en el país, 20 son de adolescentes de entre 15 y 19 años, y 1 es de una madre menor de 15 años.
A esto hay que sumar que solo una de cada ocho adolescentes embarazada acude a controles prenatales durante el embarazo, aunque esto es una situación bastante común en embarazadas de cualquier edad.
En los embarazos adolescentes, el problema no acaba después del parto, sino en el peligro de un segundo periodo de gestación.
Las chicas de comunidades rurales que se quedan embarazadas por primera vez a los 15 suelen tener un segundo hijo entre los 18 y 19 años, según la experiencia de Plan Internacional. Además, muchos de esos embarazos precoces se deben a abusos sexuales.
Para la legislación paraguaya, solo se consideran embarazos fruto de abusos sexuales aquellos en los que la madre tiene menos de 14 años, a pesar de que a partir de esa edad muchos también son consecuencia de abusos y violaciones.
Plan Internacional trabaja con los chicos es el buen trato hacia las niñas y adolescentes, aunque no siempre es fácil “en sociedades donde el sistema patriarcal empuja”, señaló Bruno.
La experta en género cree que el cambio “requiere un compromiso del Gobierno y la sociedad civil”, aunque ya “se está articulando de una manera muy importante”.
Plan Internacional está trabajando en su estrategia 2017-2022, a la que añade también los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas (ONU), por lo que cuenta con “15 años para reducir el porcentaje de desigualdad en las situaciones de niñas y mujeres jóvenes”.
Esta estrategia se basa en que las niñas y adolescentes aprendan, lideren, decidan y prosperen, por lo que también se incide en el empoderamiento económico de la mujer y su formación en cualquier área, sin importar la consideración tradicional de ese trabajo, como pueden ser los relacionados con la mecánica o la electricidad.
Fuente: Agencia de Información Paraguaya y Agencia EFE