¿Cómo empezó su carrera empresarial?
Empecé siendo empleado, trabajando en entidades financieras. Mi último trabajo fue de asesoría después de trabajar en fondos mutuos en Banalemán. Después de salir de ahí abrimos Cadiem con Gloria Ayala Person en noviembre del 2003. Era una consultora y la transformamos en casa de bolsa. Ese fue el inicio de mi carrera empresarial. Empezamos entre cuatro o cinco personas y hoy hay 80 personas trabajando en la casa de bolsa y en la administradora de fondos, fundada en 2012.
¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresario?
En nuestro caso particular fue el desconocimiento de las personas para invertir y de las empresas para entrar en la bolsa. Es un proceso que todavía sigue, pero hoy hay mucha más gente trabajando en el mercado. Es un proceso educativo, sacar los miedos, explicar las cuestiones básicas y mostrar que el mercado genera valor para el inversor, que produce un rendimiento superior a las empresas tradicionales. Y para el empresario la posibilidad de financiamiento en mejores condiciones para desarrollar su proyecto. Lo que no estamos logrando es la apertura de capital de las empresas. Muy pocas se abren para que terceros formen parte del capital accionario.
¿Cuál considera que es su mayor éxito como empresario?
Para mí el mayor éxito es que hoy existe en Paraguay un mercado de capitales mucho más desarrollado, con una industria de fondos mutuos, fondos patrimoniales, y fondos de inversión ya consolidada. Como fuimos los pioneros, creo que es el haber aguantado los malos momentos del mercado y trabajado para que crezca. Tuvimos el primer fondo en el 2014 y cuando arrancamos sentíamos que miraban para ver cuándo nos fundíamos, pero al final entraron los demás jugadores a competir y eso hizo que el mercado se solidificara. Era un mercado que empleaba a 20 personas, y hoy hay más de 1.500 trabajando en las distintas empresas. Cuando arrancamos la gente llamaba a pedirnos un presupuesto de bolsa de arpillera. Hoy hablamos de bolsa y se entiende que estamos hablando de inversiones.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba iniciando su carrera empresarial y se lo daría a otro empresario ahora?
Que abramos nuestro capital. Creo que lo hicimos tarde, y ese aumento de capital nos dio la posibilidad de crecer. El aumento de capital es importante porque brinda un soporte a los negocios, porque cuando arrancan los ingresos son muy volátiles, y esa volatilidad genera mucho estrés, no permite pensar en el negocio sino en cómo llegar a fin de mes. Sin embargo, si uno tiene el capital adecuado, es como que estás más metido en el negocio, porque quizás un año o dos el costo del negocio ya está cubierto y uno no está pensado en cómo pagarlo.
¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?
Creo que el Estado está perdiendo una oportunidad muy importante de usar el mercado de capitales para financiarse. Ahora el MEF llevó de nuevo al mercado primario al BCP, algo que desde el 2012 no se hacía, fue un retroceso y me parece que no está bien, porque nosotros estábamos permitiendo el acceso a otro tipo de inversores que no sean los bancos.
El Estado no ayuda mucho realmente. Ahí hay oportunidades, la ANDE podría salir a cotizar acciones, emitir bonos. Dicen que necesitan financiamiento y, sin embargo, solamente usan mecanismos multilaterales, que no son mecanismos de mercado y no permiten que los paraguayos inviertan en sus empresas y con ese capital mejorar los servicios.
¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?
Tiene empuje, tiene valentía, es emprendedor, trata de generar negocios, y creo que tiene condiciones. Creo que el principal defecto que tenemos es que miramos sólo nuestro mercado. Hay que tener una visión más global y ver a la oportunidad en otros países así como extranjeros invierten en Paraguay. Empresarios paraguayos también podrían ser inversores en otros países; tenemos condiciones y tenemos que animarnos a explorar y a pensar en grande.
El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?
La capacitación tiene que ser permanente, el mundo está mucho más desafiante y uno tiene que estar capacitándose permanentemente, contratando especialistas, asesorándose. Eso no para, al que se descuida se lo lleva la corriente y las posibilidades de supervivencia en el largo plazo son escasas. Hay que entender que hay que renovarse permanentemente, actualizarse y asumir la mejor estrategia, primero para sobrevivir y, segundo, para crecer.
¿Un libro que todo CEO o gerente general debería leer al menos una vez en su vida?
No tengo ningún libro puntual que me haya influido, pero sí hoy son importantes los que tratan sobre la capacitación en habilidades blandas como coaching, inteligencia emocional, cosas que no se dan en la universidad o sobre las que hay muy pocos cursos, pero que son fundamentales para tener un equipo, gente valiosa que colabore con uno.
¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?
Apertura, mucho diálogo para que cuando aparezcan otros competidores podamos mejorar lo que ofrecen. Y remuneración adecuada, entender que el colaborador es una persona, mucha flexibilidad. Las cuestiones de consideración personal son las que hacen que una persona elija quedarse en un lugar. Actualmente hay una crisis de talentos y no hay que creer que la persona solo requiere dinero, porque este, en muchos casos, es un instrumento; pero alrededor hay otras cosas que la gente necesita y que si no se le brinda adecuadamente vuelve muy frágil la relación.
¿Cómo lidia con el estrés que produce la actividad empresarial?
Tratando de hacer otras cosas, algo de deporte. Yo voy a pescar de vez en cuando con unos amigos, hago algo de fútbol, ejercicios, cuido mi alimentación, trato de dormir lo máximo que se pueda. Hay que cuidar la maquinaria porque algo que aprendí es que el cuerpo no miente. Si siento que estuve con mucho estrés, hago una salida, un viaje, me escapo, hago algo para liberarme y volver a empezar.