En 2006, los paraguayos Cynthia y Saúl dieron inicio a Tatakua Alfajores, un emprendimiento que comenzó como una repostería con un surtido de masitas al estilo sudamericano. Con el tiempo, el negocio fue evolucionando y captando la atención de un mercado poco familiarizado con el concepto de alfajores: México. Años más tarde, en 2013, regresaron al país por vacaciones, pero durante ese periodo tomaron la decisión de quedarse y trasladar el negocio a su tierra, Paraguay.
“Estábamos en un proceso de franquicia en Monterrey, invirtiendo en asesoría, consultoría y demás. Y cuando vinimos de vacaciones a Paraguay —fue en diciembre, para pasar Año Nuevo acá—, decidimos, como locos, quedarnos”, comentó Cynthia durante su participación en InfoBiz Podcast, un espacio cocreado por InfoNegocios y Radio 1000.
La decisión de volver al país surgió durante unas vacaciones en San Bernardino, mientras compartían una conversación profunda con el padre de una amiga cercana, un empresario muy reconocido y referente personal para la pareja. Fue en ese momento cuando reflexionaron sobre las oportunidades que ofrecía el país y sobre el valor de reconectar con sus raíces.
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Aunque ya veían a Paraguay como un país lleno de potencial, entendieron que no bastaba con identificar las oportunidades, sino que era necesario animarse a dar el paso. La charla, cargada de reflexiones sobre la vida, la familia y el arraigo, los llevó a cuestionarse dónde querían criar a sus hijos y consolidar su proyecto de vida.
Con dos hijas nacidas en México y un tercer hijo en camino, la idea de regresar a su país de origen cobró un nuevo significado. El arraigo, la identidad y el deseo de volver a construir desde sus raíces fueron factores determinantes para dejar atrás el proceso de expansión en Monterrey y apostar definitivamente por Paraguay.
Tatakua Alfajores, un emprendimiento que nació en el departamento de la pareja fundadora, hoy está presente en todo el territorio nacional, con cuatro tiendas propias y una red de distribución que alcanza distintos puntos del país. Aunque actualmente se comercializa exclusivamente en Paraguay, ya está dando pasos firmes hacia su internacionalización. En Estados Unidos cuentan con la aprobación de la FDA y un representante local; además, han concretado los primeros envíos a través de su e-commerce, llegando directamente al consumidor final. Paralelamente, trabajan en el desarrollo de un nuevo packaging que les permita escalar la operación en ese país y en Brasil, donde también tienen todo listo para comenzar. El sueño es ver a Tatakua cruzar fronteras y consolidarse a nivel internacional.
“Me inspira Paraguay. Necesito ver un producto paraguayo reconocido afuera. Esa es mi inspiración máxima. Viví nueve meses en Estados Unidos, ocho años en México, y nunca vi un producto que vos digas: ‘Industria paraguaya’, y que sea reconocido. No elaborado por terceros… Quiero una marca paraguaya afuera, reconocida”, dijo Cynthia.
El crecimiento de Tatakua no solo estuvo marcado por decisiones internas, también por un entorno que fue transformándose con el tiempo. Desde sus inicios hasta hoy, el ecosistema emprendedor vivió una evolución significativa.
Desde la etapa inicial de Tatakua, de desconexión, marcada por su regreso al país tras vivir muchos años en el exterior, Cynthia destacó un mayor acompañamiento institucional. Como ejemplo, mencionó su participación en una misión a Panamá junto al Viceministerio de Mipymes, donde percibió una actitud real de apoyo por parte del Estado hacia los emprendedores.
“Mi consejo para alguien que quiere emprender es que lo haga. Hay miles de planes de negocios, Excel, pero muy pocos se llevan a la realidad. Hay mucha información, mucho análisis, pero a veces hay que tirarse a la pileta, aprender a flotar y después disfrutar de las olas”, reflexionó.