¿Cómo empezó su carrera empresarial?
Empecé a trabajar en esto cuando estaba en primer grado, era un juego más que nada. En mi casa había encontrado una cajita que pertenecía a mi mamá, con collares rotos y demás. Me destaco por ser muy creativa y lo que hacía era ahorrar el dinero que me daban para el recreo, y los fines de semana me iba a un local del Mercado 4, donde hasta hoy sigo siendo cliente, y compraba bolsitas de canutillos, mostacillas y perlitas. Con ellos creaba nuevos accesorios y les vendía a mis compañeras de colegio, durante la primaria y la secundaria.
Yo quería estudiar una carrera universitaria, pero una semana antes de terminar el colegio falleció mi papá, y como él era quien trabajaba en la familia, tuve que ponerme las pilas y ver cómo salir adelante. Quería estudiar artes visuales y entonces empecé a vender de oficina en oficina, collarcitos, vinchitas y demás para poder pagarme la facultad y tener los materiales y demás. Para mí fue un juego de niña que se transformó en un estilo de vida, y hoy Jadiyi es una marca registrada en todo lo que sea complementos de autor.
¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresaria?
Un obstáculo fue más que nada la poca confianza de la gente. Cuando empecé a hacer esto, ser empresario era una palabra demasiado grande e inalcanzable. El ser emprendedor no existía. Era terminar el colegio y entrar a trabajar en una de las empresas de tus padres, o en una oficina o trabajar para terceros. Empezar un emprendimiento era como ser hippie; la gente me decía que no era algo formal, que era algo sin futuro, que no iba a poder sostener en el tiempo. Pero yo siempre tenía en mente que quería vivir de lo que me hacía feliz y no lo veía como una empresa.
¿Cuál considera que es su mayor éxito como empresaria?
Mi mayor éxito es que logré mantenerme en el tiempo; hace más de 20 años que estoy trabajando en esto. También considero un éxito poder dar trabajo a terceros y haber enseñado a muchas otras personas a que puedan tener un estilo de vida.
Otro logro es haber trabajado para muchísimas personas que fueron muy importantes en su rubro. Por ejemplo, he trabajado para nuestra Miss Universo Paraguay, Nadia Ferreira; fue algo que me llegó de una manera muy grata.
Y este año fue otro éxito el haber traído un premio a nivel nacional e internacional en el concurso de los Latin American Wedding Awards, realizado en mayo de Medellín, Colombia. Soy la única paraguaya que este año trajo dos premios, como Mejor Diseñadora de Tocados de Paraguay y Mejor Diseñadora de Tocados de Latinoamérica. Para mí fue un logro en lo personal porque nunca pensé que me iba a pasar; y fue lo que me ayudó muchísimo también a posicionar el nombre Jadiyi mucho más fuerte.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba iniciando su carrera empresarial y se lo daría a otro empresario ahora?
El consejo que me hubiese gustado recibir es el que siempre doy: creer en uno mismo y perseverar. La creatividad existe, el talento existe pero si no perseverás, eso no va a durar. No existe talento ni creatividad sin que uno trabaje. Uno tiene que trabajar por sus sueños, perseverar. Esta es una carrera de resistencia, no es algo de la noche o a la mañana, y yo me voy a caer 500.000 veces y me voy a levantar 600.000. El consejo que muchísima gente me daba era que deje de hacer esto, que me ponga a buscar un trabajo serio, un trabajo de verdad. Pero yo me he escuchado a mí misma.
¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?
Hay algo que a mí me cuesta todavía hoy; es un defecto del pasado, el no haber madurado más en la parte administrativa, algo tan básico, pero que no tenerlo hizo que tardara mucho más en tener una empresa, trabajar mejor. Esa parte me sigue costando y lo veo como un problema de muchísimos empresarios.
¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?
Creo que el Estado está más para ayudar a grandes empresas y a nuevos emprendedores en formación de empresarios. Creo que se fijan más en eso y yo siento que no formo parte de algo que sea importante para el Estado. Haberme ido a otro país y sentirme más importante de lo que soy acá es algo que me duele un poco. Ahí es donde encuentro un poquito de falencia del Estado.
El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?
Al empresario actual ya no le alcanza sólo con la intuición, porque hoy vender por redes sociales es un negocio aparte, y si no estás modernizándote a cada rato es imposible seguir. Conseguir insumos también es un negocio aparte, saber cuál es la mejor plataforma para vender, y además emprender, hacer tus accesorios. Son demasiadas vertientes que no podés manejar solamente con la intuición. Y no me puedo imaginar a las personas que pretenden tener una empresa grande trabajando sólo con la intuición. Hoy es mucho más complicado que antes.
¿Un libro que todo CEO o gerente general debería leer al menos una vez en su vida?
Como me gusta más el arte y además me gusta mucho investigar y saber dónde estoy parada, mis referencias son libros nacionales de la historia nacional. Para mí es importante saber en qué país estoy, de dónde vengo, cómo quiero que sea mi país.
¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?
Me gusta mucho que mi equipo se sienta parte de la marca. Hasta hoy me cuesta mucho delegar actividad, entonces lo que hago es que mi equipo se sienta parte de Jadiyi, y también me gusta mucho decirle a mi asistente que trabaje de la manera como se sienta más cómodo. Quiero que rompan el miedo de crear, que sepan que su trabajo también va a estar bien y que la única forma de que una persona pueda formarse es justamente con el error y también con la corrección. Me gusta que se sientan parte del equipo y trato de que se sientan libres.
¿Cómo lidia con el estrés que produce la actividad empresarial?
Estar recontra metida en mi trabajo era mi desestrés. Pero llegó un día en el que ya no podía más porque estaba sobrepasada, y entonces aprendí a cuidar mi salud mental. Desde hace unos años vengo haciendo terapia para poder volver a esa esencia y nunca caer en una máquina de producción. Soy muy amante de la naturaleza y todos los fines de semana me escapo a algún lugar donde pueda ver verde, cielo y agua. También soy de invertir en mi salud mental en mis vacaciones, y esa es la manera de canalizar mi estrés.