Según Bernardes, el 2025 fue un año particularmente intenso para el Club, tanto por la cantidad de actividades como por el creciente interés en fortalecer capacidades directivas. “Siempre buscamos desarrollar a los socios e incidir positivamente en el clima de negocios del país”, afirmó.
Aseguró que Paraguay vive un momento estratégico. “Estamos en los ojos del mundo y este es el momento de que el sector privado esté organizado, comprometido y preparado para competir local e internacionalmente”.
Este año se observó un interés importante por parte de los inversores, logrando concretar varios proyectos. Entre ellos, el caso del gigante brasileño JBS, que anunció una inversión de USD 135 millones en una planta de pollos en Caaguazú para producción y exportación. A su vez, desde el sector industrial se destaca la llegada de REM (Rare Earth Minerals) Industries, una empresa de capital paraguayo, argentino y brasileño, que iniciará la producción de ferrosilicio en Limpio.
Desde el Club de Ejecutivos también observaron un mayor movimiento tanto de empresas internacionales como paraguayas que apuestan por proyectos de gran escala. “Hay mucho interés del exterior, pero también vemos compañías locales animándose a hacer inversiones grandes. Eso habla de confianza en el país”, señaló.
Los procesos de inversión no son inmediatos: los capitales evalúan el clima de negocios, la estabilidad económica y la infraestructura disponible antes de desembolsar. En ese sentido, si bien Paraguay destaca en el aspecto económico, aún existen desafíos pendientes: seguridad jurídica, institucionalidad, reducción de burocracia y mejoras en infraestructura.
“Si no tenemos infraestructura realmente importante, algunos inversionistas pueden decir que aún faltan años para que el país esté en condiciones de exportar productos. Hay rutas insuficientes, problemas en el río, falta de capacidad logística. El país debe invertir en infraestructura sí o sí”.
Al evaluar el 2025, Bernardes lo describió como un año positivo para el sector privado, pese a los retos estructurales. “El país se está moviendo, se está organizando bien y vamos a cosechar en los próximos años”, afirmó.
Las prioridades del país para el 2026
Para Bernardes, la agenda de corto y mediano plazo debe comenzar por un pilar central: la educación.
“Para mí, la educación es todo. Desde la escuela debemos enseñar educación financiera, riesgos de endeudarse, beneficios de la formalización, cómo usar una tarjeta de crédito. La educación es clave para el desarrollo del país”, sostuvo.
Luego ubicó otras prioridades: la infraestructura, la institucionalidad y la seguridad jurídica. También alertó sobre los desafíos que se avecinan en materia energética. “Antes decíamos que teníamos energía ilimitada. Hoy ya no es así. La energía es el futuro del país y debemos gestionarla adecuadamente”.
De cara al 2026, se muestra alentado. “Veo una economía que se mueve, empresas que amplían operaciones, edificios que se construyen y un flujo de dinero importante”. No obstante, advirtió que el crecimiento debe llegar a más sectores de la población.
“Ese es el desafío del gobierno: que el dinamismo económico se traduzca en bienestar para todos”.