“Como cámara lo que más queremos es la armonización”, manifestó Bernardita Gómez, vocera técnica de la Cámara de Alimentos y Bebidas del Paraguay (CABE). Representantes de diferentes gremios de la industria de alimentos y bebidas de la región coincidieron en que es necesario consensuar las normas de etiquetado de alimentos entre actores públicos y privados.
Si bien la tarea de armonización es responsabilidad de los Estados parte en el seno del Subgrupo de Trabajo Nº 3 (SGT3) del Mercosur -la Comisión de Alimento, el lugar donde se tiene que tratar este tema-, el sector privado tiene un rol fundamental porque finalmente serán las industrias las que lleven a cabo lo dispuesto por las resoluciones.
“Este tema no siempre está en su agenda, no están enterados de esta revolución en el etiquetado, si bien la industria de alimentos y bebidas, tanto elaboradores como importadores estamos a favor del etiquetado frontal porque la información nutricional, está visto, que el consumidor no capta tanto”, señaló Gómez al destacar la importancia de consignar la información adicional de referencia.
Según la experta lo que el adquiriente de un alimento o bebida lee es cuántas calorías tiene el producto, la fecha de vencimiento, pero no lee sobre los carbohidratos totales, las grasas totales. “Es mínima la cantidad de consumidores que lee esa información”, agregó.
Tres enemigos
Lo que se busca es que en el etiquetado frontal se debe declarar la presencia de los tres nutrientes principales que cuando se consumen en exceso pueden ocasionar enfermedades no transmisibles como la diabetes y la obesidad. Esos nutrientes son las grasas saturadas, los azúcares y el sodio.
“Estamos convencidos de que el trabajo en conjunto, con un mensaje claro representando al sector privado; traerá beneficios para la región, el país, la industria de alimentos y bebidas, ya sean fabricantes o importadores y los consumidores”, destacó Gómez.
La vocera técnica de la CABE añadió que está comprobado en países de Europa y Latinoamérica, que la experiencia de unir fuerzas entre los sectores público y privado hace que las políticas públicas sean aplicables cuando participan todos los involucrados.
Los objetivos del rotulado es brindar información clara y veraz cuyo propósito es generar cambios de hábitos en la alimentación para tomar elecciones adecuadas en función a las necesidades de cada persona. En el Mercosur, mencionaron que existe consenso en la declaración de nutrientes como grasas saturadas y sodio, no así en los perfiles de nutrientes y la declaración de azúcares.
La dirigente gremial apuntó que esta situación tiene un impacto comercial y económico en la región. El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) manifestó en varias reuniones el interés de la delegación paraguaya en concluir el documento de trabajo y lograr la armonización, que es la clave para evitar trabas al comercio y etiquetados diferentes entre los Estados Parte.
“Se está discutiendo en el ámbito del SGT3 un documento de etiquetado frontal pero todavía no hay armonización, ni en el perfil ni en la gráfica”, manifestó Gómez, quien aseguró que no hay ninguna resistencia de los industriales a poner en vigor el etiquetado frontal y que, por el contrario, vienen trabajando presentando posiciones, defendiendo la ciencia y la tecnología de alimentos y las resoluciones vigentes del Mercosur.
“El etiquetado frontal va a tener un proceso de adecuación, no es que se va a internalizar e implementar. Va a haber un proceso por etapas para llevarlo adelante porque va a tener un costo de cambio de etiquetas, en primer lugar; pero no menos importante es que para esto hay que armonizar, porque no se puede concebir un etiquetado frontal para cada uno de los países del Mercosur”, recalcó.