¿Cómo te iniciaste como empresaria?
En Colombia aprendí todo sobre el café: de dónde viene, cómo es la cosecha, por qué tiene este sabor esta marca, todas las curiosidades que se generan al ir probando diferentes tipos de café. Ahí empecé a estudiar, después me fui a Corea donde hice un coffee master y luego volví a Colombia donde hice una especialización. Ahí comencé a formarme la idea de abrir mi propia cafetería. Empecé a preparar mi emprendimiento y la pregunta fue en dónde, en Colombia, en Corea o en Paraguay. En eso ocurrió algo que me marcó, el fallecimiento de mi mamá y me dije que volvería a Paraguay donde pasé mi infancia y tenía muchos recuerdos con mi mamá. Volví en el 2015 y en octubre abrimos la primera casa de café de especialidad; y hoy después de siete años tenemos cinco locales.
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¿Cuáles son los obstáculos que encontraste en tu carrera empresarial?
En mi caso un obstáculo es que no hay materia prima de producción nacional, y la importación es un tema muy complicado, y no solo en el rubro de café. Los registros que hay que tramitar para la importación dificultan mucho el crecimiento de las pequeñas empresas porque el proceso es lento y súper demandante, pero es necesario si querés crecer como empresa.
Otro factor es que lo que rodea al café era muy poco conocido en Paraguay. Se tomaba mucho pero no se sabía lo que es el café. Culturizar a la gente en lo que es café de especialidad, por qué sabe de esa manera, cuáles son los procesos, lo que es la trazabilidad, llevó unos años. Los primeros años fueron más para culturizar, informar, explicar a los clientes.
¿Cuál es tu mayor éxito como empresaria?
La perseverancia, como persona y como barista. Siempre trato de estar en la tienda, haciendo recorridos, tratando de llegar a la gente. Y creo que eso ayudó mucho para que la gente tuviera confianza y viera que no es una persona cualquiera la que te dice que tenés que tomar café de especialidad. Yo me preparé tanto en la parte técnica como teórica para que la gente reconozca y aprecie el trabajo del barista.
A propósito del Día Internacional del Café, celebrado recientemente ¿Por qué proliferan las cafeterías?
A diferencia de otros emprendimientos gastronómicos, preparar café es más sencillo. Y la gente ve el negocio de la cafetería como algo muy lindo. Además hoy el consumidor paraguayo tiene más conocimientos sobre el café.
¿Es fundamental que el empresario actual tenga preparación?
Hoy con tantos avances tecnológicos y con todo lo que se va actualizando día a día uno no puede quedarse diciendo: tengo conocimiento empírico, tengo experiencia y tengo buena mano. De que es un plus es un plus pero no podés dejar de capacitarte. Podés saber cómo manipular la máquina porque es fácil, leyendo el manual ya sabés cómo preparar, pero si no sabés todo lo que conlleva la cosecha, la parte química, la física, si no tenés un buen conocimiento de eso, no te sirve tener una buena máquina, no te sirve tu conocimiento empírico.
¿Qué virtudes y qué defectos ves en el empresario paraguayo?
Son muy creativos y se ponen la camiseta y llevan adelante su emprendimiento. Muchas veces mirás y la infraestructura o la situación no coopera, ni los recursos son suficientes pero siguen. Hay marcas que surgieron a pesar de todas las cosas que pasaron. Esa es una fortaleza enorme: la capacidad de reinventarse.
Y el defecto que veo es que la competencia muchas veces no es leal, no es honesta. La competencia tiene que ser por calidad. En el mundo de los negocios siempre vas a encontrar cosas oscuras y eso afecta mucho el precio, la calidad.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir al empezar como empresaria y le darías a un emprendedor?
Que no lo tome fácil. Que analice un poco más profundamente antes de emprender, que no lo vea solo por el aspecto exterior, porque uno idealiza muchas veces.
¿Qué libro recomendarías al empresario principiante?
Como yo también tengo una librería leo mucho. A mí me encanta el Mundo Azul de Albert Espinosa, es de autoayuda. No sé si es específicamente para el mundo empresarial pero yo digo siempre que como persona tenés que estar bien para poder crecer como empresario. Y todos los libros de Espinosa me ayudaron muchísimo.
¿El Estado es un obstáculo o una ayuda?
Si sabés utilizar todas las herramientas que te ofrece, y tenés conocimientos y estudios, te puede servir como aliado. Pero si no, no. Y si no tenés buenos asesores, nada te va a ayudar.
¿Cómo mantenés a tu equipo motivado?
Hay que capacitarles siempre. Uno trabaja por necesidad y al final hay que remunerarle, darle un bono, ayudarle en algunas cosas. Desde el año que viene queremos apoyar al personal que quiera estudiar, porque sabemos que hay que seguir estudiando, y con el trabajo es difícil hacerlo. Siempre hay que motivarles en la vida personal y profesional para que puedan crecer. Yo siempre les digo que cuando salgan de Mary´s Coffee digan que acá aprendieron mucho como personas y como baristas.
¿Cómo lidiás con el estrés?
En mi caso por suerte amo lo que hago y gracias a eso no me falta nada, pero el estrés y la ansiedad hoy también son compañeros de trabajo. Hay que saber separar las cosas tanto en lo personal como en lo profesional. En cierta forma la pandemia potenció el estrés en el trabajo y la preparación del café es demandante en lo físico y la atención al cliente es demandante en lo personal, en lo psicológico. Hay que buscar el equilibrio y liberar el estrés fuera de la tienda. Pero no es fácil.