Entre los departamentos más activos en la creación de EAS se encuentran Capital, Central y Alto Paraná. Esta nueva figura jurídica generó relevancia en el entorno empresarial por ofrecer una forma simplificada y flexible para iniciar un negocio, atrayendo tanto a personas jurídicas como físicas interesadas en emprender de manera ágil.
Las EAS presentaron un significativo flujo de capital social también en otros departamentos del Paraguay, entre ellas Alto Paraná con US$ 97 millones y Amambay con US$ 22 millones. Caaguazú, Itapúa y Boquerón a su vez registraron montos entre US$ 16 y 9 millones.
“La facilidad y rapidez en el procedimiento de apertura, la ausencia de requisitos de capital mínimo y la posibilidad de constituir la empresa con un solo socio son algunas de las ventajas destacadas de las EAS. Además, la digitalización de los trámites y la integración con bancos locales facilitan aún más el proceso para los emprendedores, brindando una opción atractiva para quienes buscan iniciar un negocio” indicó Leticia Giménez, secretaria general de Sistema Unificado de Apertura y Cierre de Empresas (Suace).
Hasta mayo se registraron 10.437 empresas bajo la modalidad EAS, alcanzando un capital social de más de US$ 461 millones, demostrando el dinamismo de esta forma de apertura, según los datos del Suace. Según Leticia Giménez, si bien las EAS inicialmente atraían principalmente a microempresas en 2021, su popularidad creció entre medianas y grandes empresas con el paso del tiempo.
Entre las principales actividades comerciales se encuentran las de al por mayor/menor con un total de 3.367 empresas, seguido de servicios de consultoría con 728 empresas, y con el rubro gastronómico en tercer lugar con 408 empresas.
En cuanto a las de origen extranjero, los datos del Suace muestran una fuerte presencia de inversiones de Argentina y Brasil desde febrero de 2021 hasta abril de 2024, seguidas por las de Bolivia, Chile, Alemania, Uruguay y España.
A pesar de su éxito inicial, las EAS enfrentan desafíos en términos de regulación y competencia, ya que aún se están adaptando a las diversas actividades económicas y regulaciones gubernamentales. La falta de reglamentación específica para algunas actividades y la necesidad de que las instituciones públicas y privadas se adapten a esta nueva figura jurídica son aspectos clave a considerar para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.