Sin dudas uno de los comunicados que más impacto causó fue el del fabricante francés Renault que anunció un nuevo proyecto para reducir los costos fijos en más de € 2.000 millones en tres años, decisión que llega luego de las cifras negativas con que cerraron el 2019 y que posteriormente fue fomentada por la actual pandemia que arrasó con casi todos los sectores económicos del mundo. “El borrador del plan fortalecerá la capacidad de recuperación de la compañía al enfocarse en la generación de flujo de efectivo, mientras mantiene al cliente en el centro de sus prioridades. Se basa en un enfoque más eficiente de las actividades operativas y la gestión rigurosa de los recursos”, reza la publicación de la empresa.
El plan de Grupo Renault implica el recorte de casi 4.600 empleos en Francia y más de 10.000 en el resto del mundo, así como la reducción de su capacidad de producción, de 4 millones de vehículos producidos en 2019, a 3.3 millones para el 2024. También habla sobre la suspensión de los proyectos de aumento de capacidad planificados en Marruecos y Rumania, y de su exposición en Rusia, entre otras determinaciones. Para esta transformación la empresa invertirá € 1.200 millones.
“Las dificultades encontradas por el Grupo, la gran crisis que enfrenta la industria automotriz y la urgencia de la transición ecológica son imperativos que impulsan a la compañía a acelerar su transformación”, explica el comunicado, agrega además que sus fábricas en Francia se enfocarán en la producción de vehículos eléctricos, comerciales ligeros, economía circular e innovación de alto valor agregado.
Otra noticia similar recibimos de la japonesa Nissan, aliada de Renault, que presentó un plan de cuatro años para lograr un crecimiento sostenible, estabilidad financiera y rentabilidad para fines del año fiscal 2023, según lo declara la propia empresa. Este proyecto prevé recortar el gasto en unos € 2.000 millones, y conlleva cerrar plantas de producción en Tailandia y España, específicamente en Barcelona, donde cerrarán dos fábricas, que dejaría sin empleo a 3.000 personas y afectaría indirectamente a otras 20.000.
Finalmente, la británica de autos deportivos McLaren es otra gran afectada que de acuerdo a sus resultados del primer trimestre del año sufrió una pérdida de ingresos de más de € 190 millones en comparación al mismo periodo del año pasado, y durante los primeros tres meses del 2020 tuvo una caída de € 194 millones en relación al 2019. Estos números negativos llevan a la empresa a despedir al 25% de sus colaboradores, 1.200 de los 4.000 puestos de trabajo que tiene en la ciudad de Woking, Inglaterra, conforme al portal Soy Motor. Los ingresos generales de la compañía bajaron este 2020 de € 316 millones a € 121 millones.