Berta Dávalos, directora general de propiedad industrial de la Dinapi, comentó que tras la campaña de difusión de registro de marca, han ingresado del 1 de enero de este año hasta la fecha 25 de abril, 7.500 solicitudes, de las cuales unas 4.200, prácticamente el 60%, corresponden solicitudes nacionales.
“No son solo solicitudes de marcas extranjeras que vienen a ampliar sus derechos, sino que también somos los paraguayos los que estamos usando esta herramienta”, expresó.
Agregó que para la entidad es siempre un aliciente porque es fruto de la enorme campaña de difusión que desarrollan a través de varias actividades.
También, remarcó que no necesariamente una empresa constituida puede llegar a ser titular de un registro, hay un amplio abanico de rubros que se benefician con el registro de propiedad intelectual.
“Una marca puede derivar de una empresa, un emprendimiento, una persona física o jurídica, profesionales del derecho, como un estudio jurídico; trabajos académicos, clínicas médicas, desarrolladores de software, que registran por un lado su producto final, y como servicio, que es el desarrollo propiamente. El trabajo del desarrollador también puede conocerse bajo una marca”, mencionó.
Dávalos explicó que el registro es lo que le da a una persona la titularidad de la marca, que es una protección jurídica para salir al comercio y es lo que los consumidores diferencian. “Esa marca no es de un solo titular hasta que esté registrada”, precisó.
Con este trámite, el propietario de la marca evita que otro use su nombre, incluso podrá denunciarlo ante el Ministerio Público si usa el nombre que ya está registrado.
Con relación al cambio de logo, informó que igualmente se debe comunicar a la Dinapi y volver a registrar.
“La marca se registra como está concebida en ese momento, con los colores y tipografía de letra. Esa es la integridad que va a tener ese registro por los próximos 10 años y se va renovando por los años subsiguientes. Si sufre una modificación tiene que presentar una nueva solicitud de registro”, subrayó.
Además, se refirió a los beneficios de tener una marca registrada y la formalización, como el acceso a créditos financieros, franquicias, credibilidad, fidelización y expansión con el paso del tiempo.
Sostuvo que la formalización contribuye a la incorporación al sistema crediticio, al tiempo de poder venderse como marca.
“Le da un plus valor, es un activo intangible para potenciarlo como comercio finalmente. Sabemos de casos que la marca en sí es la que costó más que la empresa. Hay marcas que adquirieron notoriedad, fama y reputación en el mundo. Las ventas se hacen por montos siderales solamente por el nombre de la marca”, aseveró.
A su vez, el interés causado por la marca, contribuye con el crecimiento de las franquicias. “Es un activo intangible como le decimos a los derechos de propiedad intelectual. Le permite a la marca posicionarse como franquicia. Autorizar a otros a que utilicen esa marca, autorización de uso que se le cede al franquiciado”, resaltó.
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