Al respecto, Fernando Lugo, gerente general de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), aseguró que el informe revela una perspectiva positiva para los primeros meses del año. Sin embargo, también se identificaron desafíos importantes que afectan principalmente a sectores como el comercio, el consumo y las mipymes.
Uno de los principales obstáculos para el acceso al crédito en las mipymes es la percepción de riesgo por parte de las entidades financieras. Lugo explicó que muchas de estas empresas carecen de información histórica sobre su actividad económica o no cuentan con garantías suficientes para satisfacer los requisitos de los bancos. Además, la falta de formalización dificulta la recopilación de datos sobre ingresos y facturación, lo que limita la capacidad de análisis de las instituciones financieras.
“Entre los factores que contribuyen a esta situación se encuentran la ausencia de registros contables adecuados, la informalidad en la gestión de negocios y la falta de capacitación en educación financiera. Estos factores generan una brecha significativa entre la demanda de crédito y la oferta de financiamiento disponible para estas empresas”, explicó Lugo.
Al mismo tiempo, enfatizó la importancia de fomentar la formalización de las mipymes. A través de campañas de concienciación y programas de capacitación, se podría incentivar a los emprendedores a registrar legalmente sus negocios, lo que les permitiría acceder a mejores oportunidades de financiamiento y crecimiento.
“Desde la AFD ofrecemos el Fondo de Garantía de Paraguay, una herramienta diseñada para complementar las garantías de las mipymes al momento de solicitar un crédito. Este fondo permite ampliar el acceso al financiamiento, especialmente para aquellas empresas que no cuentan con suficientes bienes para respaldar su solicitud”, dijo.
Lugo detalló que, si bien el análisis del crédito sigue siendo responsabilidad de la entidad financiera, el fondo de garantía puede ser incorporado para aumentar las probabilidades de aprobación. Además, destacó la necesidad de que las empresas formalizadas reciban un mejor acompañamiento en términos de crédito y otros beneficios derivados de su legalización, como el acceso a programas de subsidios estatales y asistencia técnica para la gestión empresarial.
“Históricamente, el sector productivo fue el más beneficiado en términos de acceso al crédito. Actividades como la agricultura y la ganadería siguen recibiendo un importante respaldo financiero, seguidas recientemente por los sectores industrial y comercial”, manifestó Lugo.
En cuanto a la AFD, Lugo puntualizó que la institución impulsó el financiamiento para la vivienda mediante productos como el programa Mi Casa, que facilita la adquisición de una primera vivienda. No obstante, el desafío actual radica en seguir ampliando el apoyo a sectores que han tenido menor acceso al crédito, como las mipymes y nuevos motores de crecimiento económico, tales como el sector forestal y el financiamiento sostenible.
Además, se están desarrollando iniciativas para fomentar la inversión en tecnología e innovación dentro del sector empresarial, lo que podría aumentar la productividad y competitividad de estas empresas.
El aumento del crédito tiene un impacto significativo en el crecimiento económico y en la generación de empleo, especialmente en el sector de las mipymes. Estas empresas representan una gran parte de la economía nacional y son responsables de una cantidad considerable de puestos de trabajo. “A medida que las mipymes se consolidan financieramente, también se fortalecen las fuentes de empleo, permitiendo un crecimiento económico más sostenible”, puntualizó Lugo.