La discusión sobre la educación se instaló tras un tuit del senador Stephan Rasmussen, quien desde su cuenta de Twitter instó a los jóvenes a estudiar para no culpar al Gobierno y a las circunstancias del destino de cada uno. Tal afirmación enseguida generó reacciones –a favor y en contra-, sin embargo, Rasmussen aclaró que el Estado tiene la responsabilidad de brindar igualdad de oportunidades.
“La meritocracia tiene su valor, el esfuerzo individual y la capacidad te permiten conseguir trabajo, sin embargo debemos reconocer que la sociedad en la que vivimos es muy desigual y las oportunidades son desiguales”, manifestó Rodolfo Elías, investigador en políticas educativas en Investigación para el Desarrollo (ID).
Elías señaló que desde el nacimiento se observan diferencias en las condiciones de atención, siendo que los tres primeros años de vida son los más importantes para el proceso de educación. “Por dar un ejemplo, un niño que vive en condiciones de desnutrición o de violencia tiene altas probabilidades de que su formación como humano y como profesional se vean dificultadas”, añadió.
Asimismo, el investigador consideró que el sistema de educación actual establece limitantes para toda la diversidad cultural existente en el país. Uno de los casos más comunes involucra al lenguaje, puesto que muchos niños guaraní parlantes abandonan la escuela por no comprender el castellano.
“La deserción es un problema en Paraguay, casi la mitad de nuestros jóvenes de 15 a 17 años abandonan la educación formal. No es una decisión personal, sino tiene ver con la necesidad de generar algún ingreso”, sostuvo. En el caso de las niñas, Elías nombró al trabajo doméstico y al embarazo prematuro como otros dos factores que inciden en la deserción escolar.
Según la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA), 6 de cada 10 personas que ingresan al sistema educativo no concluyen los 12 años de estudio y una de las principales causas de la deserción en niñas y adolescentes es el embarazo de menores de 19 años.
“Al final solo llegan a hacer maestrías y doctorados aquellos con mayores ingresos y que accedieron a una educación escolar privada o a colegios o públicos técnicos que cuentan con buen nivel”, agregó Elías, quien no descartó que existan casos excepcionales que catalogó como admirables. Al margen de la educación ordinaria, también se refirió a los estudios complementarios como el inglés como diferenciales que brindan mayor acceso a oportunidades laborales y de capacitación.
“Este análisis a grandes rasgos debe ser el punto de partida para discutir el rol de la educación pública, la importancia de la formación y el destino de las inversiones”, resaltó.
Plantear cambios por niveles no resulta efectivo
“Mi posición personal es que las reformas educativas se traten de manera simultánea en todos los niveles. La última reforma se implementó en secuencia, primero la educación inicial, luego la básica y por último la superior, y no funcionó”, enfatizó Elías. Posteriormente, subrayó la necesidad de darle continuidad a la formación docente y a la promoción de intelectuales en los ámbitos de ciencias, cultura y arte.
“Plantear reformas en forma de escalera parte de una visión simplista de la educación. Es fácil decirlo, sin embargo, soy consciente de que se cuenta con un presupuesto limitado”, enmarcó. Como medida a corto plazo, Elías recomendó fortalecer el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), brindar mayor participación a los diferentes sectores que hoy no tienen opinión sobre las políticas públicas y cambiar el enfoque del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI).
“Es importante discutir sobre la educación en todas sus facetas y para eso es importante la movilización social, tanto de docentes, estudiantes y otros sectores. Solo de esta manera se establecerán acuerdos”, argumentó.
Las ciencias sociales cumplirán un rol fundamental post pandemia
Otro de los temas constantes cuando generalmente se habla de educación es la investigación científica, donde Paraguay llega al 0,85% del PIB aproximadamente, muy por debajo de sus vecinos. En algún momento también en redes sociales se dio una especie de confrontación –en este caso por un tuit del senador Fidel Zavala- entre los que sentaron postura favorable por invertir en ciencias sociales y entre los que no.
“Hay que asumir la crítica porque no siempre se tuvo impacto en las investigaciones que se hicieron en este campo, pero mi posición es que hoy más que nunca hay que dar importancia a las ciencias sociales”, respondió sobre el caso Elías, a la par que recordó que la pandemia tendrá consecuencias sociales que deben ser estudiadas.
Por último, el profesional apuntó a que todo proceso de innovación y desarrollo tecnológico debe estar acompañado de análisis sociológicos, psicológicos y antropológicos por vivir en sociedad.