De acuerdo con el ingeniero Líder Medina, especialista del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en el cultivo de cebolla, dicho vegetal es el segundo más consumido del país, después del tomate. Según las estadísticas de la Dirección de Comercialización del MAG, se venden en promedio unos 80.000 kilos por día. Sin embargo, los importadores indican que sumado a lo que ingresa de manera legal al país, se estarían consumiendo alrededor 150.000 kilos diariamente, lo que en totalizaría cerca de 5.000 toneladas mensuales.
“Tenemos una demanda insatisfecha con la oferta nacional, existe una brecha muy grande aún. Actualmente estamos cubriendo entre 25% a 30% de la demanda interna, solo durante un periodo del año, que abarca parte de septiembre, todo octubre y un poco de noviembre. Luego, los otros nueve meses del año se importa el producto de Argentina y Brasil. Esto debido a que no tenemos infraestructura para producir más temprano ni tampoco para almacenamiento”, explicó.
El experto detalló que, en el 2020, se cultivaron más de 1.200 hectáreas de cebolla, que se vendieron bastante bien ese año, porque no había abundancia del producto y porque se trabajó bastante bien en la contención del ingreso ilegal de cebolla proveniente de Argentina y Brasil.
Este hecho motivó a muchos productores a apostar por el cultivo en 2021, elevándose el área sembrada a nivel país a 1.870 hectáreas. Sin embargo, el exceso de producción hizo decaer la cotización de la cebolla nacional, lo que derivó en pérdidas para los productores. “La caída de precio en 2021 fue causada por la alta oferta, es decir, se cosechó mucho más de la demanda requerida entre septiembre, octubre y noviembre y se trabajó poco en manejo post cosecha y almacenamiento. En total, se llegó a 20.000 toneladas. Por lo cual mucho producto quedó en el campo sin poder venderse y los productores no pudieron pagar sus cuentas”, comentó Medina.
Además, en 2021 hubo una producción excesiva en Argentina y Brasil con ofertas de producción de cebolla a bajo costo, que sumado a la permeabilidad del control de nuestra frontera, hizo que los precios se deprimieran. Situación que provocó que de 1.780 hectáreas en 2021, caiga la superficie a 830 hectáreas en 2022.
“Y con poca oferta de cebolla en 2022, los precios se dispararon. Se llegó a vender hasta G. 115.000 la bolsa en fincas. De septiembre a noviembre del año pasado, se cosecharon 17.000 toneladas generando un ingreso promedio de US$ 9 millones para los 1.800 cebollicultores del país. Hay que destacar que se trata de uno de los rubros más distributivos, por lo cual tiene una gran importancia económica y social para la agricultura familiar hoy en día”, subrayó.
Según Medina, para incrementar el volumen de producción hace falta acceso a tecnologías de producción, transferencia de conocimientos, semillas e insumos de buena calidad. También es necesaria una alianza estratégica entre los productores, entes estatales y los importadores de insumos y semillas para así mejorar la calidad y aumentar los niveles de producción, al igual que acceso a financiación tanto pública como para los productores dedicados a este rubro y un control estricto del contrabando.
Perspectiva de siembra
“El escenario 2023 se presenta con una intención de siembra alta, atraída por el buen precio actual. A todo esto se suma la inflación y el incremento de los costos de vida y la mano de obra. Creemos que vamos a alcanzar este año 1.500 kilos por hectárea. Se trata de un panorama interesante, donde tenemos que analizar cómo producir calidad, cómo podemos ampliar nuestra oferta, si es posible desde septiembre hasta enero, para que no haya sobrestock y podamos descongestionar el mercado y evitar lo que ocurrió en 2021, de dejar mucha producción en el campo sin cosechar y vender”, expresó.
Para Medina, subsistir en el rubro y competir en el mercado va a ser un desafío para los cebollicultores. “Y para los técnicos que estamos acompañándolos, así como también mantener un precio justo para los productores y para los consumidores. La organización es urgente, debemos constituirnos en una Coordinadora Nacional de Productores de Cebolla. Otro punto a tener en cuenta es que este 2023 es un año político, tenemos una elección presidencial por delante y cambio de autoridades, hecho que también repercute en toda la producción agrícola” afirmó.
En la actualidad, el mayor productor de cebolla en Paraguay es el departamento de Caaguazú. En segundo lugar se ubica Paraguarí y luego en menor proporción Guaira, Boquerón, Canindeyú, Itapúa y Misiones.