La sandía es una planta con frutos grandes, de 7 kilos en promedio en Paraguay, aunque según la FAO pueden alcanzar hasta 20 kilos. Es originaria de África y su desarrollo se genera en regiones con temperaturas elevadas, con mucho sol y luz intensa. “Los frutos se caracterizan por estar constituidos en un 90% o 95% por agua”, añadió el ingeniero Arturo Garcete, técnico de extensión de la Dirección de Extensión Agraria (DEAG) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Las zonas más importantes para el cultivo de sandía son Concepción, San Pedro, Alto Paraná y Paraguarí. Si bien se trata de un producto bastante solicitado en su estación (verano), la siembra y cosecha está a cargo de grupos familiares, que trabajan en una superficie de entre 30.000 a 35.000 hectáreas.
“Sinceramente, todavía no podemos considerarnos referentes en producción de sandía y existen varios elementos que debemos fortalecer para alcanzar esa distinción. Por ejemplo, Brasil tiene un rendimiento promedio de 10.000 kilos por hectárea, mientras que nosotros estamos manejando un rendimiento de entre 2.000 y 2.500 kilos por hectárea”, sostuvo.
Para tener una idea, el mayor productor mundial de esta fruta es China, seguida de Turquía e Irán, según el portal Tridge. El gigante asiático se queda con el 67,6% del mercado mundial y una producción de 79 millones de toneladas.
Por el momento Paraguay debe trabajar en tres elementos para optimizar el rendimiento, según el especialista, estos son: la instalación de sistemas de riego adecuado, el tratamiento para el mantenimiento de los suelos (para conservar los nutrientes requeridos) y la adquisición de mejores semillas (genética) para la siembra.
“El mercado demanda frutos de 7 kilos en adelante, y en ese caso, los que están por debajo de la escala, en ocasiones son separados, quedando en las parcelas y son un ingreso perdido. Por eso, es necesario mejorar los rindes y la calidad de los frutos, especialmente en volumen, pero para ello se debe invertir en los aspectos citados”, remarcó.
En torno a la comercialización, Garcete afirmó que desde octubre los productores acercan sus cosechas a los distintos puntos de venta y que hasta diciembre suelen mantener la provisión. Pero que, en los siguientes meses de calor, como no hay suficiente producción disponible, se registra una tendencia a la importación de sandías brasileñas, país que en ranking mundial se encuentra en el puesto número cuatro, con más de 2 millones de toneladas en producción.
Para Garcete, si se trabaja en los puntos referidos, no solamente se podrá abastecer toda la demanda con productos nacionales, sino que también se tendrá la posibilidad de exportar las sandías a otros países de la región.
“Asimismo se debe entender que casi la totalidad de la producción es para consumo en fresco, algo que guarda relación con la poca industrialización de este alimento”, subrayó.
Un último factor, es que los productores accedan a créditos acordes a las necesidades del segmento, para continuar invirtiendo, concluyó Garcete.