En Argentina, solo en enero, ocho futbolistas sufrieron lesiones ligamentarias, algunos incluso antes del comienzo de la Copa de la Liga. En España, el año pasado, cuando se llevaba jugada apenas la tercera parte de la liga, las roturas de ligamentos ya habían sumado nueve, con una proyección superior al promedio de años anteriores.
Jugadores de la talla de Neymar, Courtois, Alaba todavía están fuera de las canchas en proceso de recuperación por lesiones de ligamentos. En Paraguay, Derlis González y Saúl Salcedo pasaron por casi un año de recuperación por la misma lesión, y los albirrojos Héctor Villalba y Alberto Espínola aún no pueden competir. El juvenil Luis Vargas, de Cerro, volvió a romperse los ligamentos apenas volvió a jugar después de una primera lesión.
Estos son unos pocos ejemplos de los casos más conocidos. ¿Por qué hay tantos jugadores con este tipo de lesión? “El aumento del número de partidos, de la exigencia, de la intensidad, del estrés, son factores que influyen en que hoy tengamos un mayor número de lesiones deportivas”, manifestó Osvaldo Insfrán Hellmann, médico de la selección paraguaya y director de traumatología del IPS.
El profesional aclaró, sin embargo, que no hay un aumento estadístico significativo en el número y que no se puede comparar con épocas anteriores porque hay muchos puntos referenciales que cambiaron. “Hay una intensidad de entrenamiento y del juego mayor que antes. En 1995 se entrenaba tres veces a la semana y se jugaba una vez; hoy, de lunes a viernes se entrena ocho o nueve veces y se juegan dos partidos semanales”, explicó.
Manuel Aguilar, exmédico de la APF y de Cerro Porteño, opinó sobre el aumento de casos que puede ser que hoy la repercusión sea mayor, pero que en Paraguay hay datos previos que pueden ser usados como parámetros. “Quizás antes había y no se registraba o no se sabía. Ahora los medios traen la información al instante, y da la impresión de que hay más, no solo de ligamentos sino también de tendones”, señaló.
Aguilar indicó, no obstante, que en la actualidad la intensidad con la que se juega es mayor. “Hace 40 años los jugadores se movían muy poco. Hoy el recorrido es mayor, el fútbol es mucho más físico. La fuerza que se emplea al correr es mayor, y cualquier pozo en la cancha puede producir una lesión grave de ligamentos”, remarcó.
Insfrán Hellmann también manifestó que hay que diferenciar entre el deportista profesional y el amateur. “Hay un auge deportivo y más personas practican deportes. Hoy hay canchas de césped sintético y de pádel prácticamente en cada esquina. Eso lleva a un aumento estadístico en el número, pero en porcentajes debe ser similar”, apuntó.
Destacó que actualmente la posibilidad de diagnosticar es más sencilla y la gente consulta más que antes y con un especialista; una resonancia magnética confirma el 95% de las veces si hay o no una lesión. “Hay varios factores que inciden en que aparentemente haya un gran aumento del número de personas, pero en cuanto a futbolistas profesionales no estamos hablando de un número creciente de casos”, remarcó.