“El crecimiento no para”, resumió Alfred Fast, presidente de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), en comunicación con InfoNegocios al ser consultado sobre la evolución del sector en los últimos 12 meses. Aunque factores como el clima o las exigencias internacionales generan altibajos, Fast aseguró que las cooperativas siguen avanzando. “Estamos animados, con muchos desafíos, pero también con mucho dinamismo en todo el país”, señaló.
Uno de esos desafíos es la aplicación del Reglamento 1115 (también conocido como Reglamento sobre Deforestación) de la Unión Europea, que impone restricciones ambientales a productos como la soja. Fast advirtió que esta normativa resulta difícil de implementar en Paraguay debido a la imposibilidad técnica de separar físicamente los granos destinados a Europa del resto, a lo largo de toda la cadena logística. “Es como si te dijeran: ‘no queremos tu grano’ o ‘te vamos a pagar menos’. Es una barrera disfrazada de ambientalismo”, sostuvo. Ante ese panorama, las cooperativas exploran nuevos mercados y apelan al sentido común de los reguladores europeos.
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Pero no todo son trabas: también hay motivos para celebrar. Fast destacó como hito reciente la fusión de tres grandes cooperativas del Chaco vinculadas a la producción láctea. Esta integración, fruto de años de negociación, apunta a mejorar la eficiencia, reducir costos y aumentar la competitividad tanto local como internacional. “Hoy competimos a nivel global. Tenemos que hacer más con menos y eso se logra uniéndose”, enfatizó.
Desde la visión del Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop), el panorama también es alentador. Fabia Cáceres de Rolón, miembro del consejo directivo de la institución y representante del sector de Ahorro y Crédito, confirmó que, a diciembre de 2024, los activos totales del sistema cooperativo alcanzaron los G. 53 billones (unos US$ 6.767 millones). Solo el sector financiero cooperativo creció un 7,5% en activos y un 5,8% en cartera de créditos, a la vez que redujo su morosidad del 7,2% al 6,7%.
“El cooperativismo ha sido clave en la inclusión financiera. Más de 2 millones de paraguayos son socios de una cooperativa, y más del 60% de las socias en el sector de Ahorro y Crédito son mujeres”, remarcó Cáceres. Además, se registraron G. 35 billones en ahorros y más de G. 1 billón distribuidos como excedentes, reflejando la confianza y el compromiso de los socios.
En el ámbito productivo, las cooperativas demostraron una enorme capacidad económica: con G. 24 billones en activos y G. 10 billones en créditos, este sector generó más excedentes que el propio financiero. Sin embargo, enfrenta desafíos importantes en cuanto a equidad: el 95% de sus socios son hombres, y más del 99% de los cargos dirigenciales siguen en manos masculinas.
Pese a ello, Fast ve con optimismo la evolución del cooperativismo rural. “La cooperativa permite que muchos pequeños se junten y jueguen como uno grande. Ese es el secreto. Juntos compran insumos, venden su producción y acceden a mercados que solos no podrían alcanzar”, explicó.
Desde Incoop también se avanza en la modernización del sistema. La implementación de herramientas como la nueva versión del sistema de alerta temprana y la estandarización contable buscan mejorar la transparencia, la gobernanza y el control democrático de las cooperativas.
“El cooperativismo es uno de los pilares del desarrollo económico y social del país”, resumió Cáceres. Y, en un contexto cambiante, tanto a nivel nacional como internacional, este modelo basado en la confianza, la democracia y el esfuerzo conjunto sigue demostrando que tiene mucho que aportar al Paraguay que viene.