Ambos coinciden en algo esencial: el periodismo deportivo es vocación, sacrificio y, cada vez más, profesionalismo.
“Hay una frase de Gabriel García Márquez que dice que el periodismo es la forma más digna de ser pobre. Y también hay un libro de Pedrito García que se titula Pobre pero divertido. Eso resume bastante bien lo que significa ser periodista deportivo en Paraguay”, afirmó Ramírez, recordando con humor y realismo sus inicios en los medios.
Por su parte, Torres comparte una anécdota similar: “Empecé en un medio escrito gracias a una vacante en deportes. Al principio cubría lo que Pedrín García llamaba ‘deportes menores que dan las alegrías mayores’. Después vino la cobertura de ascensos, primera división y mucho más”. Más adelante, también se destacó como editor, entrevistador y apasionado investigador de los clásicos del fútbol paraguayo.
Una historia de cancha, papel y estadística
Ramírez comenzó su carrera en 1997 y llegó a cubrir eventos como el Mundial de Sudáfrica 2010. Torres, por su parte, arrancó en 1995 y transitó por secciones tan diversas como economía, política y deportes, pero su vínculo con el fútbol nunca se rompió: “Me dediqué a la historia de los clásicos, revisando diarios desde 1913, recolectando datos, formaciones, resultados, árbitros. Fue un trabajo de hormiga, pero necesario”.
Ambos remarcaron el valor del conocimiento profundo del deporte, tanto en lo estadístico como en lo narrativo, y coinciden en que la figura del periodista deportivo debe tener mucho más que entusiasmo: “No basta con que te guste el fútbol. Tenés que actualizarte, prepararte, tener criterio y no caer en el ‘click‘ fácil’”, advirtió Ramírez. “Tu mayor capital es la credibilidad”, sentenció.
Torres refuerza esta idea desde una perspectiva complementaria: “La formación universitaria te da herramientas, claro, pero el profesionalismo real viene de la convicción personal, del rigor con el que tratás una información y cómo la comunicás”.
La creciente profesionalización del fútbol a nivel global es otro factor que empuja al periodismo deportivo a renovarse y especializarse.
“Hoy el fútbol mueve millones. Es un negocio global, y eso también significa que habrá cada vez más necesidad de periodistas preparados, incluso hiperespecializados”, sostuvo Torres, quien además forma parte de un grupo iberoamericano de estadígrafos deportivos.
Ramírez, desde su rol institucional en la Conmebol, observó con buenos ojos el entusiasmo de las nuevas generaciones: “Hay muchos jóvenes que quieren ser periodistas deportivos. La clave es que encuentren su espacio, ya sea en medios tradicionales o en nuevos formatos como redes sociales, pero con responsabilidad y vocación”.
Desde la tribuna hasta la redacción, desde los vestuarios hasta los archivos históricos, el periodismo deportivo sigue siendo una escuela de vida, sacrificios y momentos inolvidables. No se trata solo de golpes o estadísticas, sino de contar historias, emocionar y ser puente entre el espectáculo y la audiencia.
Celebramos a todos los que dedican su vida a relatar la pasión del deporte con compromiso, ética y amor a la profesión.
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