"Tenía esa tierra parada, comprada por mi papá, sin uso. Pensé en una opción de bajo costo y baja complejidad para comenzar, y el poroto me pareció ideal", contó Pedro en entrevista con InfoNegocios. La preparación del suelo comenzó en enero de este año, con la siembra realizada a mediados de febrero. En total, destinó una hectárea y media de las cuatro que posee el terreno a su cultivo inicial.
La producción de esta primera experiencia fue de aproximadamente 700 kilos con cáscara, de los cuales se obtuvieron 550 kilos de grano limpio. Pedro decidió apostar por la venta empaquetada, bajo la marca Poroto San Pedro, en presentaciones que hoy distribuye de forma particular y a través de pequeños almacenes de Asunción, Gran Asunción y Yaguarón. Cada kilo se comercializa a G. 18.000, lo que le permite triplicar la inversión inicial si logra vender toda la producción en este formato.
"La idea es empaquetar lo más que pueda, porque si vendo suelto gano menos. Así le saco más provecho a todo el esfuerzo que hicimos", afirmó Pedro, quien además del trabajo que implica emprender en el campo, también continúa con sus clases en la universidad y trabaja en un lavadero durante los fines de semana para financiar su emprendimiento.
Uno de los aspectos más destacables de esta historia es el trabajo conjunto con Oscar Villasboa, un lugareño con discapacidad, a quien Pedro considera su "mano derecha" en el cultivo. "Oscar tuvo un tumor en la cabeza; muchos pensaban que no iba a poder trabajar más, pero demostró todo lo contrario. Tiene un conocimiento impresionante del cultivo del poroto, y su apoyo es fundamental para que esto funcione", remarcó.
Ahora, el proyecto de Pedro va por más. Se asoció con tres compañeros de facultad, uno de ellos con experiencia previa en producción agrícola, con el objetivo de diversificar el rancho. "Queremos sumar hortalizas como tomates y locotes, pero eso requiere una inversión mayor en infraestructura, como riego por goteo y sistemas artesianos. Estamos viendo la posibilidad de sacar un crédito agrícola para expandirnos", explicó.
A futuro, los productos del Rancho San Pedro podrían incluir también zapallos y otros rubros que mantendrán la identidad de origen como sello distintivo de la marca. Aunque de momento no cuentan con fuentes externas de financiamiento, Pedro confía en que la constancia y la planificación le seguirán abriendo puertas. "Todo esto fue a pulmón, sin créditos ni subsidios. Pero estoy convencido de que con esfuerzo y buena administración se puede crecer", concluyó.
La historia de Pedro es la de muchos jóvenes del interior que buscan en la agricultura una salida económica, pero también una forma de conectar con su entorno, generar empleo local y darle valor a las tierras que alguna vez quedaron olvidadas.
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Maria Victoria Román :
Capaz, inteligente y perseverante, Dios bendiga siempre la labor del Agricultor!!!