Los sellos −representados usualmente por símbolos en los packaging o en los sitios web del fabricante y a veces también en vehículos o en etiquetas pegadas a los electrodomésticos− son acreditaciones otorgadas por organizaciones, instituciones u otras empresas, que avalan que una compañía cumple ciertos requisitos de operación dependiendo del tipo de certificación que busca, los cuales pueden ser en forma general de calidad, desempeño ambiental y social. Un ejemplo que reúne estos tres aspectos es Empresa B, asignado por Sistema B y que valida la gestión e impacto positivo de la empresa a favor de la sociedad, el medioambiente y la economía.
Específicamente los sellos verdes son los que ostentan gran relevancia en la actualidad debido a los graves efectos de las industrias en el planeta y que hoy percibimos más que nunca por el calentamiento global. Estas certificaciones ecológicas respaldan que determinados productos, procesos, sistemas de gestión y servicios se llevaron a cabo de manera respetuosa con el medioambiente y de acuerdo a la normativa de la acreditación que se desea obtener, a la vez, controlan que el impacto ambiental de las actividades supervisadas no supere un nivel establecido o evolucionen para disminuirlo, según el artículo Certificados medioambientales, ¿qué son y para qué sirven?
En los últimos años, independientemente de su tamaño, las empresas se vieron obligadas a cumplir con un mayor número de exigencias ambientales para alcanzar el éxito entre los clientes, en especial los más jóvenes, y también para ingresar a ciertos mercados con estándares rigurosos. Es aquí donde reside la importancia de los sellos verdes, se tratan de una garantía para consumidores de todo el mundo y una respuesta para una problemática tan sensible como lo es la pérdida de los recursos naturales a consecuencia de la contaminación.
Sin dudas, una empresa con certificaciones ecológicas siempre tendrá una mejor imagen frente a otras y por lo tanto un mejor posicionamiento. A esto también podemos sumar el ahorro en costes de producción al implementar la mejor utilización de los bienes, y muchos otros beneficios.
Algunas de las certificaciones más conocidas son:
- ISO 50001: una normativa internacional desarrollada por ISO cuyo objetivo es mantener y mejorar un sistema de gestión de energía.
- Fair Trade International: certifica que la empresa cumple con estándares de comercio justo con su cadena de valor y consumidores.
- Not Tested On Animals (con el famoso logo del conejo): significa que el producto no fue fabricado a partir de animales, es decir, la compañía no usó animales para la producción.
- FSC: asegura que la madera procede de un bosque que fue manejado según estándares sociales, económicos y ambientales.
- ISO 22000: garantiza que los alimentos son aptos para el consumo.