Los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, junto a sus ministros de Economía, Sergio Massa y Fernando Haddad, respectivamente, se encuentran analizando alternativas para reforzar el comercio bilateral excluyendo al dólar de las transacciones.
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La idea es colaborar entre sí para que Brasil no pierda espacio en el mercado argentino ante el avance de las importaciones chinas, pero con las debidas garantías de pago que son las que están siendo estudiadas. Uno de los puntos en análisis es la posibilidad de conseguir una línea de crédito que incentive las exportaciones de Brasil a la Argentina.
Es que la crisis de divisas de Argentina amenaza con paralizar el comercio bilateral y hay alrededor de 200 empresas brasileñas que no están pudiendo vender a su vecino o no están pudiendo cobrar por los productos vendidos. Según datos mencionados por la prensa internacional, el intercambio comercial entre estos dos países alcanzó US$ 22.000 millones el año pasado.
¿Qué implica este eventual acuerdo entre los mayores socios del Mercosur? “Argentina y Brasil van a tener beneficios al realizar sus transacciones internacionales, pero de alguna u otra manera los agentes económicos argentinos y brasileños van a tener riesgos cambiarios y eso podría afectar a la competitividad de las empresas”, afirmó el economista Hugo Royg, de Mentu.
Con la medida en discusión, Brasil pretende darle una mano a su mayor socio e incluso le está abriendo las puertas del BRICS para conseguir algún crédito que ayude a su vecino, según el economista Jorge Vergara. “Como Argentina no va a tener forma de ofrecer garantías para préstamos, probablemente el crédito sea con garantía brasileña, porque no creo que se llegue a un acuerdo con el FMI en este gobierno”, destacó.
Acerca de trasladar esa iniciativa al interior del Mercosur, el experto aseguró que “esa es una medida muy riesgosa y no creo que pase”. En términos similares se expresó Royg, quien indicó que en el Mercosur no estarían dadas las condiciones para dejar de lado el dólar y adoptar una moneda común para las transacciones bilaterales, pues eso requiere requisitos más exigentes, más relacionados con un equilibrio monetario y fiscal en los países.
“Yo creo que Brasil ha tenido en los últimos años un comportamiento macro un poquito más ordenado que Argentina, que tiene un comportamiento fiscal que le exige mucho a su macroeconomía y que le ha llevado a depreciaciones o devaluaciones, con tasas de inflación anualizadas en torno al 100%”, recalcó Royg.