Investigadores de las universidades de Cambridge, Edimburgo, Oxford, St. Andrews y Strathclyde, trabajan desde 2012 en un proyecto conocido formalmente como Comunicación de luz visible ultra paralela que pretende usar las bondades de los LED para ofrecer conexiones de banda ancha en distancias cortas. La visión se basa en las capacidades optoelectrónicas únicas de nitruro de Galio (GaN) para combinar las comunicaciones ópticas con funciones de iluminación, y sobre todo en la capacidad para poner en práctica nuevas formas de multiplexado espacial, donde los elementos individuales en matrices de alta densidad de diodos emisores de luz basados GaN (LED) ofrecen canales de comunicación independientes, pero pueden combinarse como pantallas.
Conocido también como Li-Fi, se hizo una demostración de este proyecto empleando LED comerciales (rojo, verde y azul) como emisores y detectores. La velocidad alcanzada con este método ha llegado a los 110 Mbps enviando y recibiendo datos, mientras que al transmitir en una sola dirección se han conseguido 155 Mbps. El uso de un LED específico diseñado por miembros del consorcio ha asegurado un ancho de banda que puede llegar a los 4 Gbps en distancias cortas. Con el apoyo de un lente se alcanza 1.1 Gbps en un radio de 10 metros, aunque esta velocidad es temporal ya que los investigadores dicen que pronto llegarán a los 15 Gbps, más del doble del estándar Wi-Fi 802.11ad.
Frank Deicke, quien trabaja en un hotspot Li-Fi que usa luz infrarroja, señaló que el objetivo de esta nueva tecnología no es sustituir al Wi-Fi, más bien sería un complemento que podría aplicarse en escenarios donde el Wi-Fi no es eficiente. Se espera que el Li-Fi llegue al mercado en los próximos cinco años.