“Nos preocupa muchísimo la baja constante del dólar que hemos visto este año. Desde junio, el guaraní se ha apreciado cerca de un 20%, un movimiento que se traduce en pérdidas directas para las empresas exportadoras”, explicó Mangabeira. Según sus cálculos, solo en ciertos días recientes la moneda estadounidense cayó varios cientos de puntos, consolidando una tendencia que, si bien no es nueva, se ha intensificado y ha tomado al sector por sorpresa.
El efecto más visible recae sobre la competitividad internacional. “Cuando vendemos productos al exterior, nuestra principal ventaja es el precio. Si el guaraní se fortalece abruptamente, automáticamente tenemos que vender más caro. Esto nos coloca en desventaja frente a otros proveedores de la región”, detalló Mangabeira. En la práctica, los costos de producción de estas industrias —mano de obra, energía y materia prima nacional— se pagan en guaraníes, mientras que los ingresos por exportación llegan en dólares. Cuando la moneda local se aprecia demasiado rápido, las ganancias se reducen significativamente.
Además, las ventas a crédito agravan la situación. “Muchos productos se venden y se cobran 60 o 90 días después. Si durante ese período el dólar baja 1.000 puntos, estamos recibiendo menos guaraníes de lo que habíamos presupuestado, lo que genera pérdidas inmediatas”, indicó el presidente de la Cispy.
La baja del dólar también repercute en el mercado interno, particularmente en los precios de insumos verdes y productos reciclables. Mangabeira señaló que más de 25.000 familias vinculadas al reciclaje se verán afectadas, ya que recibirán menos guaraníes por su materia prima y enfrentarán interrupciones en la producción, dado que algunos productos no podrán colocarse en el exterior por precios poco competitivos.
Otro impacto se da sobre la inversión en sostenibilidad. “Toda empresa busca previsibilidad para planificar presupuestos y proyectos. Fluctuaciones abruptas y violentas generan desajustes y pérdidas millonarias, lo que inevitablemente reduce la inversión en el siguiente ejercicio”, explicó Mangabeira. Esto podría frenar la llegada de empresas extranjeras interesadas en invertir en energías renovables, reciclaje y tecnologías sustentables en Paraguay.
Ante este escenario, la Cispy reclama la intervención del Banco Central para otorgar estabilidad y previsibilidad. “Así como el BCP regula la subida del dólar, también debería asegurarse de que las bajas sean escalonadas. Ningún sector puede soportar movimientos tan fuertes del tipo de cambio, ni al alza ni a la baja”, destacó Mangabeira. Para el gremio, garantizar estabilidad cambiaria es esencial no solo para proteger al sector exportador, sino también para fortalecer la inversión en sostenibilidad y la competitividad del país en los mercados internacionales.
La industria sustentable paraguaya se encuentra, así, ante un momento crítico marcado por la baja del dólar. Para Mangabeira, la solución pasa por previsibilidad y una regulación inteligente del tipo de cambio, un factor que —a juicio del sector— puede marcar la diferencia entre pérdidas y crecimiento sostenible.
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