Las estadísticas muestran que en Paraguay alrededor del 5% de los emprendimientos, o uno de cada 20, sobrepasa los primeros cinco años de operación, la etapa que en el mundo del emprendedurismo se conoce como el Valle de la Muerte.
Y si bien es cierto que existe una correlación alta entre el desempeño de la economía, en general, y cómo evolucionan resultados de las empresas, no todo es atribuible a los factores exógenos, sino que muchas veces hay un enemigo interno. ¿Cómo identificar las primeras señales de alarma?
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“Lo que veo principalmente es que algunas empresas empiezan a tener problemas de pago, de atraso, o tienen que financiarse con un crédito y no cuentan con un flujo garantizado. Esas son las primeras señales de alarma”, afirmó David Caballero, de la Asociación de Emprendedores de Paraguay (Asepy).
Desde luego, cuando se habla de tener garantizado el flujo hay que tener en cuenta el tipo de negocio, ya que si se trata de la modalidad B2B los plazos de pago, naturalmente, pueden tener demoras, pero si la comercialización es cara a cara con el consumidor final, atrasarse en los pagos –a proveedores o al fisco- es la primera gran señal de alerta.
“Si uno no tiene disponible el dinero, ese es el primer indicador, para empezar a ordenar, y determinar exactamente cuáles son los costos y a dónde va la rentabilidad del negocio. Claro que esto debería ser al revés”, explicó Caballero.
A la falta de liquidez, que se origina porque no hay sincronización entre el dinero que sale de la empresa y el que ingresa, se le suman otros factores que encienden las luces rojas, como cuando los clientes empiezan a acudir con menor frecuencia, y también los pedidos, los proveedores se niegan a vendernos a crédito, aumentan las quejas por el servicio, y el stock se acumula.
¿Qué hacer?
“Lo que recomiendo es tener todo ordenado, un estado de resultados, un flujo financiero, un presupuesto del emprendimiento que te permita ver dónde estás parado, si el producto no tiene tracción, o es uno nuevo que no tiene demanda, o es un problema de precio, o de costeo correcto; y a partir de ahí empezar a tomar decisiones más acertadas”, dijo Caballero.
El primer paso es recurrir a profesionales o a quienes tengan mayor conocimiento. “En Asepy tenemos programas en los que los emprendedores que ya pasaron los primeros cinco años y tienen emprendimientos más sólidos ofrecen su tiempo y dan mentorías”, informó el dirigente gremial.
A la par, Caballero señaló que suele recomendar a los emprendedores que se asocien con una persona que tenga una visión complementaria a la de uno. “Porque quizás yo soy muy bueno vendiendo pero muy limitado para administrar o generar flujos financieros”, resaltó. Como se dijo, el desafío es salir indemne del Valle de la Muerte y crecer como empresa.