Cabe recordar que las Mujeres Alfareras Nativas de Caaguazú e Itá conforman una comunidad denominada Kambuchi Apo, que es pionera en la comercialización de utensilios de arcilla que mezclan la artesanía ancestral con nuevos diseños, bajo la premisa del comercio justo.
“Este año bajó muchísimo nuestra venta. Poco o nada estamos vendiendo, pero seguimos a la espera de que la gente nos realice sus pedidos”, mencionó Rodríguez. La profesora en alfarería recordó que en el 2020 la cantidad de pedidos fue muy superior, al punto de que llegaron a vender hasta 40 tatakuas en la temporada de Semana Santa.
Si bien todavía queda tiempo para repuntar, desde Kambuchi Apo estiman que la caída en las ventas llega a un cuarto de la proporción aproximadamente. Asimismo, Rodríguez agregó que el tatakua es el punto fuerte de las alfareras de Caaguazú e Itá, sin embargo también fabrican asadores y braseros, que también están sufriendo bajas. No obstante, los espiraleros experimentan una buena recepción por parte de los clientes.
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Kambuchi Apo lleva fabricando braseros hace más de 20 años y cuentan con más de seis modelos diferentes desarrollados. También disponen de artículos como el japepo, cazuelas de diversos tamaños, jarras, jarros con filtro para té, sahumadores, fruteras y otros artículos. Actualmente son 11 las mujeres que conforman el colectivo, y las integrantes van cambiando de generación en generación.
Entretanto, Rodríguez comentó que actualmente están trabajando directamente con Rincón del Barro, un emprendimiento que constantemente solicita artículos como el tatakua portátil a las alfareras para revenderlos en el área metropolitana. Respecto al precio del producto estrella de las alfareras, señaló que están ofreciendo el artículo a G. 550.00 sin bandeja y a G. 650.000 con bandeja.
Una cuestión de marca
Hace unos años, Kambuchi Apo tuvo una disputa con un empresario sobre el registro del tatakua portátil, sin embargo, la controversia quedó en la nada. “El fiscal comunicó que la abogada del empresario cometió un error al colacionarnos y entonces se frenó la intimación que nos enviaron para que dejemos de usar la marca”, explicó Rodríguez.
Respecto a las expectativas que poseen para el futuro de Kambuchi Apo, la maestra alfarera recalcó que esperan que su taller se consolide y que puedan recibir alumnos para trasladar los conocimientos fundamentales del oficio. “Necesitamos el apoyo de toda la comunidad, siempre queremos participar de ferias para salir a vender. En esta Semana Santa trabajaremos hasta el jueves y esperamos con ansias a la gente que quiera pasar por la ciudad de Itá”, finalizó.