“Con el nombre tirika en Paraguay se conocen tres especies de pequeños felinos, Odesur eligió concretamente a una especie de ellas -Leopardus geoffroyi- para representar los valores de este evento. Es un pequeño felino silvestre y tiene casi el mismo tamaño que un gato doméstico, con pelaje moteado, aunque algunos ejemplares son negros”, explicó el consultor ambiental, Luis Recalde.
En Paraguay se los encuentra en los ambientes chaqueños, es decir zonas que ecológicamente son similares al Chaco. #Se localizan principalmente en la Región Oriental, en algunos de los pocos remanentes de bosque que quedan del Bosque Atlántico del Alto Paraná”, afirmó Carlos Molinas, especialista en Conectividad de WWF Paraguay.
También se lo conoce con otros nombres como oncilla, gato de margay o gato montés. Es un animal solitario de hábitos generalmente nocturnos y se destaca por ser un excelente cazador. “Al igual que sus otros parientes (puma y jaguareté) se encuentra en la cima de la escala alimenticia, su dieta se basa en cualquier cosa que pueda cazar ya sea aves, mamíferos e insectos”, agregó Molinas.
A nivel país no existen datos sobre la cantidad de ejemplares “no conocemos la población de esta especie, ni la de la mayoría de las especies de nuestra fauna”, añadió Recalde.
Según Molinas, los felinos en general son un grupo de animales con escasas investigaciones en Paraguay y las existentes se centran en el jaguareté. Mientras que los felinos más pequeños −como los tirikas− reciben menor atención. Por otra parte, “su naturaleza críptica, que se camufla muy bien con su entorno, se suma a los principales motivos por los que se desconoce mucho acerca de estos felinos”, puntualizó Molinas.
En peligro y la esperanza
La principal amenaza para el tirika, al igual que para muchas otras especies emblemáticas, es la pérdida y la fragmentación de su hábitat, es decir, las zonas en las que habita se redujeron y esto tiene diferentes causas como los incendios forestales, la deforestación, entre otros, entonces, sus procesos biológicos se ven afectados, como la búsqueda de alimentos, la interacción con otros ejemplares para el apareamiento, etc. En nuestro país, el Bosque Atlántico del Alto Paraná, que es en donde habita el tirika, es uno de los ecosistemas más amenazados en nuestro país y a nivel mundial. El tirika también posee otras amenazas como los perros ferales o perros asilvestrados, cacería furtiva y atropellamiento”, expuso Molinas.
Aparte de perder su hábitat natural, el pequeño felino se enfrenta a la cacería y al comercio ilegal, ya sea para tenerlo como mascota o bien por su pelaje.
Pero no todo está perdido, puesto que varias organizaciones trabajan para proteger su hábitat, tales como Guyra Paraguay, Opades, WWF Paraguay y WCS Paraguay. “El Refugio Urutaú de la ciudad de Filadelfia ha rescatado, rehabilitado y liberado a varios individuos de esta especie, y trabaja permanentemente en la concientización y rehabilitación de fauna en el Chaco paraguayo”, resaltó Recalde.
“Desde WWF trabajamos para la conservación y restauración del Bosque Atlántico del Alto Paraná, hogar no solo del jaguareté y el puma, sino también de su pariente más pequeño, el tirika. La importancia de resguardar nuestros bosques y la biodiversidad, que en ella se incluye, radica no solo en conservar lo más evidente, sino incluir a grupos menos conocidos, pero igual de importantes”, concluyó Molinas.