Los departamentos del Alto Paraguay, Boquerón y Presidente Hayes son los afectados por esta plaga. Esta especie –proveniente de Bolivia– invadió temporalmente la zona durante 2017, y por su capacidad de muda se instaló también en Argentina. Pero gracias al monitoreo frecuente y a la fumigación de las regiones afectadas, se redujo completamente su propagación.
“Esta plaga ataca a diferentes cultivos agrícolas, como pastizales y forestales. Actualmente, las langostas se encuentran en una etapa adulta, tienen una gran capacidad de vuelo, entonces se trasladan de una zona a otra, y se alimentan de las plantaciones que se encuentran en el lugar”, mencionó Betina Chaparro, jefa de campañas fitosanitarias de Senave.
Históricamente, la especie ha sido responsable de la destrucción de diversos cultivos (como soja, maíz, chía, trigo, sésamo) y también de las pasturas que consumen los animales para su alimentación, por ende, es vital su erradicación, refirió la experta.
“Depende bastante de las condiciones climáticas, y como últimamente tuvimos mucha lluvia y días calurosos, no estamos siendo favorecidos con los trabajos, ya que estas plagas no resisten usualmente las bajas temperaturas”, especificó.
Para evitar su reproducción, desde Senave instan a que los productores de la zona informen si visibilizan esta plaga en sus campos, para así realizar las fumigaciones correspondientes, ya sean manuales o incluso aéreas, si existen grandes extensiones con alto grado de infestación.
“Se les notifica a los propietarios de las fincas si se deben hacer trabajos en sus propiedades, y en los caminos se hacen los trabajos de manera constante. El control químico es vital no solo para resguardar la producción propia, sino también la producción de las fincas cercanas”, detalló.
La experta aseguró que se rigen respetan todos los parámetros del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) para los trabajos de fumigación.