¿Cómo empezó su carrera profesional y qué obstáculos encontró para desarrollarse?
Mi carrera profesional comenzó hace 27 años en MAPFRE, como agente en la red específica de Vida en Asturias, España, comercializando productos financieros, bancarios y de salud desde la aseguradora. Desde entonces, he tenido la oportunidad de asumir distintos desafíos que me llevaron a desarrollarme en áreas comerciales, técnicas y estratégicas, ocupando cargos directivos tanto en España como en Portugal y, actualmente, en Paraguay.
Cada etapa significó adaptarme a nuevas culturas organizacionales, contextos económicos diversos y formas de hacer negocio muy distintas. Sin duda, uno de los mayores desafíos ha sido trabajar y gestionar equipos en entornos cambiantes, donde la capacidad de adaptación a distintos mercados y culturas es el reto más exigente.
Hoy, como CEO, afronto un nuevo reto con el privilegio de acompañar a un equipo comprometido que comparte una visión clara: seguir innovando y cuidando lo que realmente importa a las personas.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando iniciaba su carrera corporativa?
Me hubiera gustado que me dijeran que el liderazgo no se trata solo de tomar decisiones, sino de construir relaciones. Escuchar activamente, confiar en el equipo y mantener siempre la humildad son claves que, aunque se aprenden con el tiempo, valen oro desde el inicio. A cualquier directivo que empieza le diría: rodéate de personas con talento y valores, y nunca dejes de aprender de ellas.
¿Es el Estado un aliado o un problema para las compañías? ¿Qué le reclamaría?
El Estado tiene el potencial de ser un gran aliado si se enfoca en generar condiciones estables, marcos regulatorios claros y apoyo a la inversión. A veces, la burocracia o la falta de agilidad frenan el desarrollo de las empresas.
¿Un líder debe tener formación relacionada con los negocios?
Más allá de una formación académica específica, lo importante es tener mentalidad de negocios: saber leer el entorno, adaptarse con rapidez y liderar con visión. Sin embargo, la formación profesional, especialmente en áreas como economía, administración o tecnología, aporta herramientas valiosas para tomar decisiones estratégicas con mayor respaldo.
¿Un libro que todo CEO debería leer?
Hay muchos, pero un clásico con ideas plenamente vigentes es Winning, de Jack Welch, ya que ofrece una visión tremendamente práctica de la gestión y centra el éxito de las organizaciones en las personas. Habla de sus logros, errores y la capacidad de llevar ideas brillantes a la práctica a través de relaciones sólidas.
¿Cómo mantener motivado a un equipo?
Escuchar, reconocer y dar propósito. Las personas se motivan cuando saben que su trabajo tiene impacto, cuando se sienten valoradas y cuando pueden crecer en la organización. La cercanía y la comunicación constante también son clave.
Además, hago mucho énfasis en que se sientan incómodos —en el buen sentido—, desafiados a salir de su zona de confort. Solo así buscan mejores respuestas, optimizan recursos, desarrollan autonomía y fortalecen su capacidad de autodidactas. Promuevo la curiosidad, la sed de aprendizaje y el deseo de superación personal y profesional. Ahí nace la verdadera transformación.
¿Alguna frase que lo defina?
El liderazgo no se impone, se construye con el ejemplo y la coherencia.