En su papel de emprendedor en el rubro gastronómico, Cristian Paniagua y su socio de Georges Pâtissier siempre se encontraban con el obstáculo de no contar con un sello distintivo para imprimir el logo de la empresa en sus productos.
La necesidad de contar con un elemento de trabajo que no se conseguía en el país motivó a Cristian a iniciar otro emprendimiento: fabricar sellos de metal. “Queríamos personalizar los productos y buscamos sellos para hacer impresión en chocolate, pero no había en Paraguay. Encontramos en el exterior una empresa que hacía sellos personalizados y los importamos”, relató.
Así se puso en contacto con un fabricante de China continental y empezó un negocio que hoy, con apenas tres meses en el mercado, está ganado terreno en la preferencia de los consumidores y obliga a pensar en la expansión de un negocio casi desconocido en Paraguay, una iniciativa muy joven que recupera una tradición, sin discusión, milenaria.
Los clientes principales de Sellos Paraguay son los reposteros y confiteros. “Son como los sellos de antes que se aplicaban sobre lacre derretido. Ese es su uso original pero a nosotros nos sirve en el área de la pastelería porque necesitamos un material de metal, y la cabeza del sello es de metal, que enfriamos antes de aplicarlo sobre el chocolate caliente para que este se cristalice con el contacto”, explicó.
Aunque son más demandados en el rubro gastronómico, también hay lugar para clientes individuales. “En Georges Pâtissier hacemos todas las tartas con el sellito de GP, que es como una decoración adicional con el logotipo de la empresa. Pero también hago sellos personalizados para invitaciones de casamiento, 15 años, primera comunión, pero en ese caso se utiliza con lacre”, añadió.
Los sellos son de metal, de hierro o de acero inoxidable y el tamaño más pedido es el 2,5 cm de diámetro, aunque también están los de 5 cm. Los primeros tienen un precio de G. 250.000 y los más grandes se venden por G. 350.000.
Los interesados se ponen en contacto con el emprendedor a través de la cuenta de la empresa en Instagram o a través de WhatsApp. Los plazos de entrega van de dos a tres semanas, por lo que los pedidos se deben realizar con al menos un mes de anticipación.
El diseño puede ser aportado por cada cliente o hechos por el propio Cristian, quien, sin embargo siempre le aclara a quien demanda su servicio que él no es diseñador gráfico por lo que el logo o el nombre son sencillos; luego los pone a consideración del cliente y si le da el visto bueno la muestra se remite a China, donde el impresor elabora el sello.
“Me manejo por redes sociales. Los interesados me escriben al WhatsApp y me piden tal logo y me dan una seña del 50% del valor; acordamos los términos, como los tiempos de entrega, y cuando recibo los sellos los envío o pasan a retirar y completan el pago. Estoy tratando de ver cómo agilizar los tiempos de entrega; voy a ver si en Argentina o en Brasil hay alguna imprenta de este tipo”, afirmó.