“El Mercosur es la decisión de política exterior más importante de Paraguay y lo seguirá siendo por mucho tiempo. En términos económicos, las cifras de exportación y de importación demuestran que fue un gran éxito, en especial en la primera década, cuando hubo un boom comercial”, manifestó Gilda Arréllaga, quien actualmente se desempeña como árbitro del Tribunal Permanente de Revisión (TPR) del Mercosur.
Según registros del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), el 50% de las exportaciones de Paraguay tienen como destino el Mercosur –incluyendo la energía eléctrica-, de las cuales un 80% corresponden a la producción manufacturera.
Además, Arréllaga destacó que para Paraguay el Mercosur es relativamente más importante, ya que el 44% del comercio exterior desarrollado en el bloque en el 2019 correspondió a actividades paraguayas, mientras que Uruguay, Argentina y Brasil representaron el 28%, 25% y 8% respectivamente.
Como uno de los temas fundamentales en los 30 años de la concertación, sostuvo que la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem) marcó un hito a la fecha, de los US$ 1.500 millones que dispuso dicho fondo, el 66% fue destinado a Paraguay. Entre los proyectos destacados, financiados por el mecanismo, se encuentran la línea de transmisión de 500 kV, el tramo Concepción-Vallemí y la Costanera Norte. “El Focem se hizo a partir del pedido de Paraguay de tratar las asimetrías y así se accedió a este sistema que beneficia por sobre todo a los países más chicos”, detalló Arréllaga.
Integrados a la región antes del tratado
Por su parte, el director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), Fernando Masi, aseveró que Paraguay siempre tuvo una economía muy libre en el sentido de ingresos de productos y el Mercosur fue importante para fortalecer el comercio intrarregional frente al extrarregional. “En la década de los sesentas y setentas la tendencia era la protección y sustitución de importaciones, pero Paraguay no pasó por esa etapa. Los procesos de comercio informales superaron al comercio formal y los aranceles se perforaron”, detalló.
Asimismo, Masi sostuvo que en la década de los noventas Paraguay empezó a ganar competitividad en una serie de rubros industriales y logró encontrar mercados en Argentina y principalmente en Brasil, aunque aún hay desafíos arancelarios que solucionar. No obstante, complementó que tanto Paraguay como Uruguay no pueden seguir exportando solamente materias primas, debido a que así no se conseguirá generar más empleo, siendo que el Mercosur es una herramienta potencial de creación de mano de obra.
Acuerdo con la Unión Europea: El futuro del Mercosur
Sobre el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea y la salida momentánea de Argentina del proceso de negociación, Arréllaga opinó que eventos de esa similitud continuarán sucediendo y no marca un precedente nuevo. “Ya sobrellevamos la crisis del Real, los ex tarifarios de Argentina, la suspensión de Paraguay y la de Venezuela. La misma pandemia genera un retroceso para el proceso de integración, por lo cual me parece prudente esperar un tiempo para concretar las negociaciones extra zona”, indicó.
No obstante, Arréllaga aclaró que igualmente se está avanzando en negociaciones con Canadá como bloque, y a nivel de consolidación interna se logró el acuerdo bilateral con Brasil en el tema automotriz. Por su parte, Masi argumentó que la flexibilización de las negociaciones -no negociar en bloque- no le parece el principal desafío, sino discutir sobre cómo abrir las economías de Brasil y Argentina.
“Una de las razones por la cual el Mercosur tampoco avanzó mucho en su agenda en los últimos 10 años es porque el liderazgo de Brasil disminuyó muy fuertemente desde el 2015. Esto no conviene al bloque porque no solo estamos débiles internamente, tampoco mostramos cuerpo a nivel internacional”, finalizó Masi.