“Llegar al grado de inversión le daría un tremendo impulso a la imagen país, que mejoraría sustancialmente porque, de cierta manera, significaría el reconocimiento de las calificadoras internacionales al trabajo que se viene realizando en Paraguay en mejoras en diferentes aspectos, en el manejo macroeconómico, y en el fortalecimiento institucional”, dijo Amilcar Ferreira.
¿Cuáles son las ventajas? En primer lugar, la imagen país serviría como credencial para atraer la atención de inversores de toda la comunidad internacional. Paraguay sería ideal para la instalación de empresas, la realización de grandes eventos relacionados con el Estado o privados, y el aumento del turismo en general.
“Creo que el movimiento de afluencia al país se vería beneficiado, ya que es normal que los fondos de inversión instalen oficinas. Por ejemplo, Brasil tiene 1.000 oficinas de fondos de inversión del mundo solamente en San Pablo”, relató Ferreira.
En segundo lugar, una reducción del riesgo soberano se traduciría en mejores tasas de interés para el endeudamiento, tanto público como privado. “Eso nos daría acceso a más fuentes de financiamiento con respecto a las que tiene Paraguay actualmente, porque la mayoría de los fondos de inversión solo invierten en títulos de deuda de países con grado de inversión”, agregó.
También tendríamos en el país un aumento del flujo de inversión extranjera directa (IED). “Esto se puede notar viendo los números de los países con grado de inversión de la región, particularmente los de Sudamérica. Países como Uruguay, Perú y Chile son los que más capital atraen, justamente por tener el grado de inversión”, destacó el experto.
La afluencia de público y el movimiento de personas en general también podrían originar beneficios adicionales con la llegada de un mayor número de vuelos, así como todo lo relacionado con lo que gestionan los fondos de inversión.
La otra pregunta es cuándo se podría llegar a la meta deseada. Los cálculos más optimistas no descartan que esto ocurra este mismo año, pero el horizonte de eventos muestra que es más probable que se concrete en 2025 o incluso en 2026.
Según Ferreira, podremos alcanzar el grado de inversión en el lapso mencionado siempre y cuando no haya retrocesos o turbulencias políticas que enturbien el proceso, aunque el economista sostuvo que Paraguay, en términos generales, ha estado haciendo bien las cosas en los últimos 15 a 20 años.
“Eso hizo que las tres calificadoras más importantes del mundo nos dieran la calificación BB+. En una escala de 1 al 20, 10 está cada vez más cerca del grado de inversión. Este gobierno tiene toda la posibilidad de lograr este hito en la historia económica paraguaya”, recalcó.