Rosado afirmó que hoy la tecnología ayuda y a la vez cambia la manera de trabajar en el mundo creativo y en el mundo del marketing, y mencionó que existen grandes transformaciones que se deben tener en cuenta; la primera de ellas, la utilización IA, de la que dijo que constituye un momento transformacional equiparable a lo que en su momento fueron la maquinización, la línea de montaje y la aparición de internet.
Otro aspecto a tener en cuenta es cómo se utiliza el big data combinado con la IA para saber de qué manera impactan los mensajes en los clientes. “Y, por otro lado, debemos considerar cómo la voz va a ser la siguiente gran revolución tecnológica y cómo nos tenemos que preparar para eso, porque tanto la data como la voz tienen un elemento común que es la IA apoyando los nuevos procesos creativos”, dijo.
Reflexionó que esto significa que las habilidades del creativo tienen que cambiar o ampliarse porque su papel se parecerá más al de un curador de contenido. “Los creativos van a tener mucho más material desde dónde empezar y deberán ser capaces de diferenciar qué es lo que funciona y qué no, junto con los insights que ofrece la IA y la data; va a cambiar la manera de trabajar”, aseveró.
Otro gran cambio que se viene es cómo utilizar esas herramientas de manera ética, identificar cuál es el perímetro donde los creadores, o cualquier persona que se dedique a la comunicación o al marketing, tienen que encuadrarse para que su trabajo sea beneficioso sin incurrir en un problema ético al usar la IA.
“Nosotros en LLYC ayudamos a nuestros clientes a determinar cuándo puede utilizar la IA. Hay una base que sirve como punto de partida pero nunca como el resultado final. Eso es importantísimo, porque así se convierte en un elemento de productividad”, sostuvo.
Rosado afirmó que el 80% del esfuerzo personal en una tarea se produce al empezarla. “Mejorar eso con la IA es mucho más fácil, y se tarda mucho menos tiempo. Y por ahí viene ese uso ético”, refirió.
¿Cómo afecta la IA a la creatividad?
Superado el dilema ético del uso de la IA para las tareas creativas, el temor se traslada a si disminuye la creatividad del profesional. Según Rosado, no sólo no se pierde creatividad con la IA, sino que aumenta porque pone a disposición muchas más fuentes de información.
“Si tú creas un boceto para una campaña haces un trabajo intelectual enfocado en una sola cosa, pero cuando exploras diferentes caminos y ves qué tiene mejor uno que otro, y eres capaz de darte cuenta y reflexionar sobre cómo mejorar, o incluso mezclar los puntos positivos, entonces la gimnasia del trabajo intelectual se potencia”, destacó.
¿Cómo hacer actualizar y adaptar las habilidades del creativo en este nuevo escenario? “La formación es fundamental, pero sobre todo lo es la curiosidad. En el momento en el que nosotros usamos estas herramientas, jugamos con ellas, poder maximizarlas nos permite ir adquiriendo una variedad de habilidades que van a ser fundamentales para sacarle el máximo partido a nuestro mundo real”, recalcó.