¿Cómo empezó su carrera empresarial?
Mi carrera empresarial empezó mientras trabajaba en el Citibank, en el mundo financiero, pero mi primer negocio fue Fanáticos Pizza-Bar. Era un bar temático deportivo, y de ahí salió el nombre de la cancha que tenemos hoy. Después abrimos una distribuidora e hicimos oficina, y de ahí seguimos con Fanáticos y los demás emprendimientos.
¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresario?
Muchos. En el 2002, con 22 años, empecé a trabajar con capital propio, y con apoyo familiar, pero más con mi propio capital, y precisamente este fue uno de los obstáculos más importantes que encontré para desarrollarme como empresario: el acceso a capital. Hoy la situación es distinta. Se están formando fondos que invierten en emprendedurismo.
¿Cuál considera que es su mayor éxito como empresario?
El mayor éxito es alcanzar los objetivos que uno se va trazando a lo largo de su carrera, los anuales. Pero para mí, la satisfacción más grande, más que el éxito, es armar un equipo de trabajo eficiente, y que la gente que está trabajando en el proyecto se sienta cómoda y feliz. Creo que el mayor éxito que se puede alcanzar como empresario es armar un grupo de trabajo exitoso, generar un puesto laboral donde la gente esté a gusto, persiguiendo sus propios objetivos y alinearlos a uno común.
¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?
Actualmente hay mucha creatividad en el empresariado paraguayo, a diferencia de algunas décadas atrás, cuando había menos acceso a la información. El paraguayo es curioso, investiga y es creativo y hoy hay más posibilidades con tanto acceso a la información.
En cuanto a defectos, no veo uno en común, que sea un problema con el cual se pueda encasillar al empresario paraguayo. Cada uno tiene sus propias limitaciones, como yo tengo las mías, al igual que las bondades. Hoy el empresario paraguayo es más creativo que antes y tiene muchas ganas de explorar nuevas alternativas.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba iniciando su carrera empresarial y se lo daría a otro empresario ahora?
Un consejo específico no, pero sí una mentoría de alguien que haya pasado por lo que yo pasé hasta ahora. Cuando uno es más joven cree que sabe mucho, que por haber leído tantas cosas va a poder resolver o encarar los problemas de otra manera. Y tenerle cerca a alguien que ya anduvo por ese camino puede ser muy útil.
Por otro lado, no es fácil dar un consejo, porque cada caso es particular, y no me animo a dar uno en general a cualquier empresario, salvo el de levantarse y esforzarse todos los días del año.
El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?
Cuando decimos formación, definitivamente sí, hay que estar formado. Pero si nos referimos a formación universitaria, no sé, porque vuelvo a lo que decía antes sobre el acceso a la información. Hoy existe bastante material online disponible y cualquiera puede acceder, pagando o no, y puede llegar a ser suficiente para crear un negocio, y que este se convierta en algo lucrativo.
Por ejemplo, la universidad equivale a una caja ordenada de herramientas, muy completa; la abrís y ya tiene todos los tamaños de llaves, llave inglesa, destornillador, etc., además de los contactos personales que genera. En cambio, lo que encontrás en internet sería como ir comprando, por separado y sin orden, un destornillador, un martillo, una llave cruz, etc.
¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?
El Estado paraguayo hoy es un problema. Casi todo lo que uno procura hacer está lleno de trabas por el camino, cuando en otros países es totalmente distinto. Si viajás 500 km, por ejemplo, ves que si existe un proyecto de planta de tratamiento de agua, el Estado le pone el terreno, subsidia el impuesto, baja la luz y ayuda con tal de que salga adelante. Acá todo es más difícil, hay muchas trabas, inspectores que ni siquiera quieren que hagas bien tu trabajo, sino que están buscando el bien personal. Entonces creo que todavía hay un camino muy largo que recorrer.
Un libro que todo CEO o gerente general debería leer al menos una vez en su vida.
Me gustó mucho y es una referencia muy importante el libro Good to Great: Why Some Companies Make the Leap... and Others Don't de Jim Collins.
¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?
Una de las motivaciones más grandes es tener en claro el porqué de las cosas. Si a mí me toca solamente clavar un clavo con el martillo todos los días, pero me cuentan que ese clavo después va a sostener la Torre Eiffel, puede ser mucho más motivador. Un equipo que no conoce la trascendencia de su trabajo, probablemente pierda el interés rápido y se limite a trabajar para cobrar el sueldo y volver a su casa.
La comunicación integral es importante, que cada uno sepa el porqué de su participación en el proyecto y de por qué se levanta todos los días para ir a la oficina. También me parece muy motivante la capacitación, que el lugar en donde estás trabajando te pueda mantener al día en las nuevas herramientas y tendencias.
¿Cómo lidia con el estrés que produce la actividad empresarial?
A mí particularmente me son muy útiles los deportes. Juego básquet, tenis, pádel. Trato de hacer deportes casi todos los días, y si es con amigos, mejor. Me ayuda mucho reunirme con amigos, estar con la familia, hacer un asadito, tratar de desconectarse completamente de lo que uno vive en la oficina.