Además, el directivo argumentó que las entidades bancarias no están trabajando actualmente con las casas de cambio, y que esto dificulta aún más el proceso. Estas son las únicas autorizadas a realizar operaciones de remesas de divisas al exterior.
"Nosotros compramos monedas extranjeras y tenemos una gran cantidad de circulante bajo nuestra gestión, especialmente en las zonas de frontera. Ahora, como no estamos trabajando con los bancos, por factores específicos de cada una, la solución sería que nos permitan exportar nuestros dólares, reales o pesos, cumpliendo con las regulaciones exigidas para la operación".
Welko reconoció que la resolución que establece "La obligatoriedad de obtener la autorización previa para realizar operaciones de remesas físicas de divisas al exterior", fue emitida en el año 2013, pero que no estaban sintiendo la consecuencia de esta regulación, hasta que los bancos dejaron de trabajar con las 20 firmas asociadas a la ACC.
"Solicitamos la intermediación del Banco Central del Paraguay (BCP) para encontrar una solución acorde”. Asimismo, el entrevistado mencionó que las entidades bancarias afirmaron que sus corresponsales les exigen que no operen con casas de cambio, para mantener sus cuentas en el extranjero, pero según información que manejan, es porque los corresponsales les exigen a las entidades un control más riguroso y que esto tendría un costo mayor.
“Pero si hacer estas diligencias tienen un costo mayor, nos deberían haber informado y desde ahí hubiésemos negociado".
Conformar una mesa de diálogo entre los distintos actores, como autoridades del BCP, directivos de los bancos y de las casas de cambio, es un primer paso, comentó Welko.
Posteriormente, expuso: "cumplimos con todas las exigencias de la Superintendencia de Bancos y de la Secretaria de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (SEPRELAD), desde nuestros inicios. Somos conscientes de la importancia de estos controles, por eso, estamos dispuestos a seguir cumpliendo con todos los requerimientos".
Informalidad
El presidente remarcó que se debe encontrar una pronta solución, para no fomentar la informalidad, porque si los clientes no pueden realizar sus negocios en las casas de cambio, se puede incentivar el movimiento de los cambistas en las calles, y que estos no cuentan con regulaciones.
"Vemos esta situación con preocupación, porque si nuestros clientes no pueden trabajar con nosotros y cambian sus monedas con los cambistas de la calle, ahí se pierde todo tipo de control. Además, se perjudica la imagen del rubro y los ingresos que percibe el Estado en las operaciones. Estos sin decir que perjudica a las casas legales que dan fuente de trabajo y dinamizan la economía".