“Paraguay es hoy la novia bonita de la región”, afirmó Diego Bertolio, CEO y fundador de Grupo RSV. Y lo dice con conocimiento de causa: la firma nació en Argentina hace medio siglo, incursionó en Brasil, Bolivia, Chile y ahora apuesta fuerte al mercado paraguayo.
RSV se gestó originalmente en el reciclaje de metales, pero rápidamente vio una oportunidad estratégica en la comercialización de perfilería de aluminio, primero en Argentina y luego en otros países. “En Paraguay estamos hace tres años, con showroom, almacenes y personal local altamente capacitado. Nuestra presencia ya es importante”, destacó Bertolio.
Uno de los valores centrales de la empresa, explicó el CEO, es ofrecer soluciones reales y a medida para los clientes. “Nos enfocamos en hacer sus problemas nuestros. Queremos facilitarles el trabajo para que puedan brindar el mejor producto a sus propios clientes”, resumió.
Ese enfoque se refleja también en su compromiso con la calidad total, el servicio personalizado y la construcción de relaciones duraderas. “Buscamos relaciones a largo plazo. Nuestra vocación de servicio es lo que nos diferencia”, aseguró.
Bertolio señaló que, si bien el aluminio sigue teniendo un lugar importante, el PVC viene ganando terreno a nivel global. “Está desplazando al aluminio en Europa, Estados Unidos y países más desarrollados en Latinoamérica, como Chile. En Paraguay ya comienza a crecer su demanda, sobre todo por sus ventajas en eficiencia energética y aislamiento térmico y acústico”.
Esto convierte al PVC en un material clave para los proyectos del futuro, especialmente en un contexto donde la sostenibilidad y el ahorro energético se vuelven prioritarios.
Consultado sobre el futuro del sector, el fundador de RSV es optimista: “Paraguay va a tener una altísima demanda de profesionales en la construcción. Primero se necesitarán quienes construyan, luego quienes decoren y ambienten. Es una excelente oportunidad para arquitectos, diseñadores y técnicos, tanto jóvenes como con experiencia”.