El acuerdo comercial entre ambos bloques está en negociación desde 1999 y con él se pretende eliminar los aranceles aduaneros con el fin de potenciar el comercio entre el Mercosur y la UE. Al respecto, el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, ofreció para InfoNegocios su perspectiva crítica sobre las objeciones europeas y resaltando la resiliencia y competitividad del sector productivo nacional.
“Francia siempre patea la mesa”: la postura de la UGP
Cristaldo señaló que las protestas francesas son un clásico en momentos clave de las negociaciones comerciales. Según el líder gremial, la resistencia de Francia refleja un problema estructural en Europa, donde la agricultura depende de subsidios estatales y carece de competitividad frente a los productores del Mercosur.
“Nosotros, sin subsidios ni estímulos, competimos de igual a igual con cualquiera. Ellos, en cambio, no pueden soportar la presión competitiva y buscan frenar cualquier negociación”, afirmó Cristaldo.
El presidente de la UGP también criticó las acciones unilaterales, como la tomada por Carrefour. Si bien la empresa emitió una disculpa a Brasil, Cristaldo calificó estas medidas como arbitrarias y sin impacto significativo para nuestro país, ya que la UE representa solo el 4% de nuestro comercio exterior.
Hay que recordar que en 2019, ambos bloques ya habían llegado a un consenso respecto al acuerdo comercial, el cual estaba en proceso de ratificación por los países miembro, etapa que tuvo que suspenderse debido a la pandemia.
Sin embargo, según el gremialista, actualmente dicho proceso de negociación está siendo obstaculizado por nuevas exigencias europeas, como el llamado anexo socioambiental introducido en 2023, que vincula el comercio a estrictas condiciones ambientales.
“Ellos quieren aplicar unilateralmente su legislación extraterritorialmente, algo que no podemos aceptar”, aseguró. Para Cristaldo estas exigencias no son más que excusas para mantener la hegemonía comercial europea, disfrazadas de preocupaciones medioambientales.
Según la analista de transición agrícola, Clara Páez -radicada en Francia-, los agricultores franceses temen que el ingreso de productos del Mercosur, especialmente carne, arroz y azúcar, desplacen a la producción local, que ya enfrenta altos costos debido a la inflación y estrictas normativas europeas.
Páez explicó que las protestas son lideradas por la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (Fnsea) y el sindicato Jóvenes Agricultores (Jeunes Agriculteurs), quienes temerosos de una supuesta competencia desleal, demuestran su descontento reclamando que hay diferencias normativas en sanidad y medioambiente, y posibles impactos en la soberanía alimentaria europea.
A pesar de las tensiones, el presidente de la UGP minimizó el impacto de estas disputas para el sector productivo nacional, asegurando que Europa no es un mercado importante para la carne paraguaya, cuyo comercio está diversificado hacia otras regiones, como Asia y América Latina. “Siempre es importante mantener mercados abiertos, pero si las condiciones son unilaterales e imposibles de cumplir, hay otros compradores dispuestos a adquirir productos de calidad y sanidad comprobada”, señaló.
La UGP y otros gremios productivos como la ARP coinciden en la necesidad de mantener relaciones comerciales abiertas y equilibradas. Sin embargo, las acciones como las de Carrefour y la postura francesa hacen que se refuerce la determinación de buscar mercados más confiables.
Pese a los obstáculos, el líder gremial destacó que Paraguay seguirá siendo competitivo en un mercado global exigente, gracias a su capacidad de producción eficiente y sustentable, aunque reconoce que el cierre de cualquier mercado nunca es ideal.
“Si Europa no quiere comprar, otros sí lo harán. Nuestra producción tiene calidad y mercados no faltan”, concluyó Cristaldo, dejando en claro que Paraguay no depende de un solo socio comercial para prosperar.