“El programa histórico con el que empezamos fue Guerrilla Verde. Surgió por una cuestión de necesidad, cuando notamos la falta de verduras y carnes en las ollas populares. Empezamos con pequeñas rondas comunitarias que rápidamente se expandieron”, relató Núñez. En esos primeros pasos, la iniciativa logró atender a 600 y 700 personas en diferentes comunidades, un número significativo, aunque todavía insuficiente frente a la magnitud del desafío, considerando que en los Bañados habitan entre 100.000 y 150.000 personas.
El éxito inicial se vio reforzado por la colaboración comunitaria y la respuesta solidaria de la sociedad civil, lo que permitió que Sembrando Conciencia empezara a recibir donaciones y premios, consolidando la base para su expansión. A partir de 2022, la organización se formalizó como asociación sin fines de lucro, lo que abrió la puerta a financiamiento internacional y al desarrollo de cinco proyectos relacionados con agricultura urbana, agroecología y reciclaje, siempre con un enfoque integral que busca atender problemas complejos de manera conjunta: alimentación, agua, educación ambiental y gestión de residuos.
La ONG trabaja actualmente con dos colegios de difícil acceso, Colegio Fe y Alegría de Virgen de Luján y San Cayetano, involucrando a niños y jóvenes en la práctica de la agroecología, compostaje y reciclaje. Además, desarrollan proyectos comunitarios que incluyen la instalación de tanques y cañerías de agua, esenciales para garantizar el suministro en zonas afectadas por la escasez o la falta de infraestructura. “Si bien el hambre es uno solo, no podemos tratarlo de manera aislada. Es necesario abordar el problema de manera integral”, explicó Núñez.
Sembrando Conciencia funciona sin apoyo estatal, financiándose exclusivamente mediante organizaciones internacionales que auditan y verifican cada proyecto. La organización también promueve el voluntariado, colaborando con redes nacionales de jóvenes, universidades y particulares interesados en la acción socioambiental. “Recibimos voluntarios de distintos ámbitos, desde jóvenes universitarios que vienen a hacer investigaciones para sus tesis que buscan datos sobre la zona”, comentó Núñez.
En paralelo, la ONG se consolidó como un referente en la acción climática juvenil, a través de la organización de eventos como Jóvenes por el Clima. Este programa incluye actividades, donde los jóvenes elaboran una declaración que se envía a la COP, y la Cumbre de Líderes por el Clima, que tendrá lugar el viernes 7 de noviembre en el Congreso Nacional.
En esta cumbre participarán más de 90 jóvenes de todo el país, culminando ocho sesiones virtuales de formación en temas como cambio climático, género, movimientos campesinos e indígenas, justicia climática y negociaciones internacionales. La actividad se completa con un simulacro de COP en la Biblioteca del Congreso y un acto de cierre en Britannia Pub, con el apoyo de UNICEF y la Embajada Británica.
“Trabajamos para que las personas comprendan que los residuos pueden transformarse en recursos y que las soluciones deben ser inclusivas y participativas. Nuestro enfoque es holístico si un aspecto falla, todo el proceso se ve afectado”, resaltó Núñez.