“Las principales diferencias filosóficas entre ellas son claras: las CBDC están centralizadas y controladas por una entidad, como el gobierno, mientras que Bitcoin funciona de manera completamente descentralizada. No necesita bancos ni empresas para operar”, explicó Lobato. Añadió que, mientras las CBDC buscan aumentar el control estatal, Bitcoin protege a los usuarios de ese control, permitiéndoles operar con autonomía total.
Sobre el propósito de cada sistema, Lobato afirmó que “los gobiernos dicen que las CBDC sirven para garantizar acceso al dinero y tener un sistema más integrado, pero en la práctica, se trata de control financiero y social. Bitcoin, en cambio, funciona como una red P2P descentralizada: todos pueden comerciar libremente sin impuestos ni tasas de terceros. Es tu propio dinero; tú decides, no otros ni gobiernos totalitarios”.
Cuando se le preguntó por qué los gobiernos están tan interesados en lanzar CBDCs, Lobato señaló que la conciencia creciente sobre las limitaciones del dinero fiduciario ha generado preocupación en las autoridades. “La gente busca proteger sus activos frente a un dinero débil y considera a Bitcoin una alternativa segura. Los gobiernos respondieron con algo digital y narrativas de innovación para mantener el control”, explicó.
Eduarda Lobato, educadora Bitcoiner
El tema de la confianza y la soberanía del usuario también fue central en la entrevista. Lobato enfatizó que “como individuos libres, deberíamos poder elegir la moneda que queremos usar. Bitcoin permite esa libertad. Las CBDC y monedas fiduciarias, en cambio, pueden imponerse de manera indirecta o incluso obligatoria, lo que hace crucial comprender estos sistemas y protegernos”.
En cuanto a la inclusión financiera, la educadora no dudó: “Bitcoin tiene más potencial para países emergentes como los de Latinoamérica. Las monedas débiles pueden corromper la economía de toda una sociedad. Bitcoin devuelve el poder al individuo, protege el poder adquisitivo y otorga autonomía financiera. Quienes adopten Bitcoin en la región estarán mejor posicionados económicamente en el futuro”.
Respecto a la coexistencia entre Bitcoin y las CBDC, Lobato consideró que “siempre competirán. Sus visiones y propósitos son opuestos: uno busca controlar, el otro otorgar libertad. Podrían coexistir solo si cambian sus principios fundamentales, pero entonces dejarían de ser lo que realmente son”.
La educadora también destacó la importancia de la educación financiera para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas. “No se trata solo de invertir en Bitcoin; se trata de entender cómo funciona el dinero, cómo se protege la privacidad y cómo se mantiene la autonomía frente a sistemas centralizados”.
Finalmente, Lobato concluyó con una advertencia: “Bitcoin representa una oportunidad para que la gente recupere el control sobre su dinero. Ignorar esta revolución digital puede significar perder autonomía y poder adquisitivo, mientras que adoptarla implica libertad y protección frente a sistemas que buscan controlarnos”.