Cornelius Vanderbilt (1794/1877) fue uno de los estadounidenses más ricos de la historia. Su fortuna a su muerte, construida en la industria del transporte ferroviario y marítimo, hoy equivaldría a aproximadamente US$ 200.000 millones. Poniendo esto en contexto, actualmente Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, tiene una fortuna de US$ 85.000 millones, lo que significa que la fortuna de Vanderbilt era más del doble. Cuando Vanderbilt murió, su hijo William heredó la mayor parte de la fortuna y casi la duplicó en 10 años.
A partir de ahí las cosas vinieron cuesta abajo. En solo unas pocas décadas, la fortuna se disipó y disminuyó tanto que ninguno de los descendientes de Vanderbilt permaneció entre los estadounidenses más ricos. Así, una de las fortunas más grandes de la historia de los Estados Unidos se redujo a una porción minúscula de lo que fue. ¿Qué sucede con las fortunas familiares y por qué las transiciones generacionales suelen fracasar, perdiéndose el sacrificio de años? Veamos porque y cómo evitar que esto le suceda a su patrimonio.
Falta de Planificación Patrimonial y pérdida de riqueza
Grandes empresas, como Samsung, Volkswagen, Toyota, Johnson & Johnson, Bimbo y muchas otras, por ejemplo, tienen origen y carácter familiar. Eso es motivo de orgullo y conforma su identidad. Son negocios que si bien generan riqueza para los accionistas miembros de una familia, también crean empleos, invierten en sus comunidades y su funcionamiento beneficia a la sociedad en general. En el mundo, dos de cada tres empresas son familiares y generan entre el 50 y el 80% de los empleos en la mayoría de los países.
Paraguay no es la excepción. Sin embargo, uno de los grandes problemas que las empresas familiares enfrentan, con la consecuente pérdida de riqueza para sus dueños, está en la ausencia de un relevo generacional que permita que la empresa siga funcionando y creciendo. Nótese el ejemplo de Vanderbilt. Es necesario saber afrontar el traspaso de poderes y de negocios entre la generación que sale y la que entra sin afectar negativamente el funcionamiento y continuidad de la compañía mediante una adecuada planificación patrimonial. Su falta hace que ocho de cada 10 empresas familiares no lleguen a la tercera generación, quedando sus accionistas prácticamente con nada.
Por lo general, existen tres razones por las que los procesos de transmisión patrimonial fracasan:
(i) Falta de confianza y comunicación entre los herederos, estando cada quien preocupado por su parte de la torta y luchando por una porción mayor o mejor.
(ii) Los herederos no están preparados para las funciones y responsabilidades que conlleva heredar un patrimonio tan complejo como una empresa familiar, desconociendo sobre su funcionamiento y manejo.
(iii) Del mismo modo, los herederos pueden no tener idea de adónde debe ir el dinero y para qué debe servir. Nadie está pensando a largo plazo en lo que es mejor para la empresa familiar y los bienes de la familia. Algunos pueden querer venderlos ya o cuando el mercado mejore, y otros conservarlos para siempre.
¿Pero qué hacer?
A continuación, le damos algunos consejos para lidiar con la planificación patrimonial, que pueden facilitar la transición.
(i) Prevea para cuando no esté. Muy poca gente tiene en cuenta esto. Si muere sin un testamento, un fideicomiso testamentario o sin haber hecho una partición anticipada, todos sus bienes, incluidos las acciones de su empresa, van a distribuirse por igual entre sus descendientes en su sucesión. Esto puede perjudicar la continuidad de sus negocios a lo largo de las generaciones. Aún si cuenta con un plan para sus activos luego de su muerte, si el mismo no fue redactado según la ley puede ser declarado nulo. Por tanto, debe contar con la adecuada asesoría legal en el diseño y estructuración de este plan
(ii) Hable con sus herederos: discuta sus detalles financieros con sus herederos. La muerte es algo de lo que no nos gusta hablar, pero llegará, por lo que debe asegurarse que sus herederos conozcan los detalles de su patrimonio para manejarlo cuando ya no esté.
(iii) Involucre a sus herederos: si tiene una empresa familiar, lo ideal es que las personas llamadas a sucederle se involucren en el negocio desde temprano, aprendan de usted y participen en una transición progresiva y coordinada en su manejo para cuando no esté. Esto por ejemplo puede lograrse implementando un protocolo familiar, con asistencia legal especializada, determinando los roles de cada integrante de la familia en relación a la empresa, su participación en ella y el programa para el relevo generacional.
(iv) Organice sus documentos: tenga todos los documentos vinculados a sus activos, como su empresa, inmuebles y otros bienes en un solo lugar seguro, etiquételos claramente e informe a sus herederos dónde se encuentran. Su abogado debe tener sus instrucciones para el día que no este y copia de los documentos vinculados a la planificación patrimonial que se hayan elaborado.
(v) Construya un equipo: ayude a construir una relación entre sus herederos y las personas involucradas en sus negocios, consistente por ejemplo en su asesor financiero, su abogado de confianza y su encargado de contabilidad. Con ello sus herederos sabrán a quién acudir si las cosas se complican. También los ayudará a prepararse para lo que se supone que deben hacer una vez que reciban la herencia.
¿Qué tienen en común todas estas cosas?
Comunicación. Hablar con las personas involucradas en sus negocios asegurará que todos entiendan sus roles. No importa si tiene una pequeña empresa o un imperio multimillonario. Todos los dueños de empresas familiares quieren que su fortuna ayude a sus seres queridos en el futuro. Que su legado no termine como el de Vanderbilt. Planifique con anticipación y su patrimonio perdurará a lo largo de generaciones.