Por las características del sector, Dagogliano enmarcó que los panaderos no están acostumbrados a que los productos suban semanal o quincenalmente, y que los precios de las materias primas están causando muchos problemas a las 7.800 panaderías y 80.000 familias que dependen del rubro.
La galleta, el coquito, el palito, la rosquita, el pancito, el cañoncito y el pan de hamburguesa son los tipos que tienen mayor circulación en Paraguay y que ahora están alcanzando precios nunca antes registrados. "La galleta la vendemos a G. 10.500 el kilo actualmente y en los supermercados lo hacen por G. 6.000 porque tienen más espalda para bajar los precios", aseveró el empresario.
Dagogliano aclaró que todo lo que se utiliza en la panadería es nacional y resaltó que el trigo paraguayo es uno de los mejores de la región, por lo que es apetecible para la exportación. Según reveló, el trigo en Ámsterdam tuvo un incremento elevado por lo que es más conveniente vender a los holandeses que transformarlo en Paraguay.
"Nuestro trigo se lleva a Brasil, Argentina, Chile y otros países. Es eso lo que hace que acá aumente tanto el precio", subrayó. Como solución, Dagogliano acotó que hay que crear un espacio entre los actores del sector y ver cómo frenar la suba de precios para salvar a la mano de obra.
El sector
Dagogliano expresó que el 90% del sector panadero y de las fideerías son informales, lo que representa un grave inconveniente. Complementó que no se puede avanzar con la formalización porque los costos son más elevados.
"De esta manera se genera una competencia desleal, debido a que algunos pagan impuestos y otros aranceles; por ende los costos se trasladan al consumidor final", puntualizó. Para el empresario es necesario un sistema para competir en igualdad de condiciones, tanto supermercados como panaderías, ya que los primeros tienen costos muy inferiores y por eso venden a precios más bajos.
Entretanto, opinó que el rubro panadero es muy importante porque la mano de obra que crea es extensa y podría tener mayor escala si es que desde el Estado se pone más interés en esta actividad. A pesar de todo, Dagogliano reveló que este año se logró una pequeña reactivación en el negocio panadero y de fabricantes de fideos en comparación con años anteriores, aunque siguen esperando que el consumo retome la dinámica que tenía antes de la pandemia.