En el 2017 el Poder Ejecutivo estableció por medio del Decreto N°6.765/2017 que la segunda semana de marzo de cada año se celebrará la Semana Nacional de la Educación Financiera para promover la cultura del ahorro y la mejora de las finanzas personales en la sociedad paraguaya.
Datos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) indican que en Paraguay el 50% de los hogares no realiza un presupuesto familiar de gastos mensuales, mientras que el 65% de las personas no utiliza herramientas financieras y prefiere ahorrar en el hogar. Además, el 17% de la población no cuenta con metas financieras a corto plazo, lo que denota la poca cultura de planificación que tiene nuestra sociedad para utilizar su dinero.
La economista de Investor, Ivonne Aristizabal, opinó que la educación financiera la hay que sembrar desde el sistema educativo, debido a que mucha gente llega a la adultez sin capacidad de administración. “Tenemos que aprender a organizar nuestras finanzas porque la pandemia continuará. Llegaremos al 2022 y seguiremos con una baja económica, aunque los números macro reporten cierta recuperación”, añadió.
Para Aristizabal, aprender a distribuir los gastos, decidir en qué gastar y en qué no en un momento como este es fundamental y celebró que entidades como el BCP comiencen a regular a las casas de crédito, que suelen ofrecer préstamos rápidos con intereses que a veces triplican el costo del dinero en los bancos.
“Cuando tenés un salario mínimo y una familia que mantener es muy difícil ahorrar, no obstante, siempre se puede organizar mejor las finanzas y en muchos casos, gente que incluso tuvo una buena formación no tiene educación financiera”, sostuvo. Entretanto, aclaró que ahorrar tampoco significa guardar G. 100.000 por mes o montos más altos, sino generar un hábito empezando con “un G. 5.000” y redireccionar gastos a aspectos más necesarios.
Inclusión financiera tuvo un salto
Según datos referentes a la inclusión financiera del BCP, correspondientes al cierre del 2020, se registraron 4.378.505 cuentas bancarias, de las cuales 41.207 son de ahorro programado, 2.834.631 de ahorro a la vista, 69.963 de ahorros a plazo - CDA y el resto a cuentas básicas, cuentas corrientes y otros. Por otro lado, la banca matriz reportó 1.343.937 deudores al final del año pasado, que incluye a personas físicas y jurídicas.
El secretario ejecutivo del Comité Nacional de Inclusión Financiera, Francisco Ruiz Díaz, recordó que existen datos que reflejan que el 40% de los hogares paraguayos hacen un plan financiero, pero que de ese grupo solo el 60% lo cumple. “Las familias dicen que sus ingresos son insuficientes y tienen problemas para ahorrar, pero en contrapartida afirman que están dispuestos a endeudarse. Dos de cada tres personas no llegan a fin de mes y esto da la pauta de la vulnerabilidad que existe en nuestra sociedad”, reflexionó.
Ruiz Díaz expresó que la pandemia tuvo un efecto negativo en la gente que no tenía ahorro ni previsión a futuro, por lo cual la crisis sanitaria sorprendió a una sociedad con indicadores muy bajos de educación financiera. Asimismo, indicó que si se hubiera formado una sociedad más disciplinada en cuanto a educación financiera, se amortiguaría mejor la pérdida de empleo causada por la crisis sanitaria.
Por otra parte, apuntó que la educación financiera a la larga afecta el acceso al crédito, teniendo en cuenta que una gran mayoría no cuenta con sus activos ni ingresos registrados. “En lo que respecta a la inclusión financiera sí vimos avances porque los programas sociales se realizaron por canales no tradicionales y hoy hablamos de 1.200.000 nuevas cuentas. En el 2020 pasamos de tener un índice de inclusión de 49% a 65%”, reveló.
Por último, puntualizó que en términos más estrictos, la inclusión se refiere al uso y no solo al acceso, por lo cual queda pendiente la democratización financiera.