Pionera en la elaboración de stollen en Paraguay, la panadería y confitería Michael Bock produce este pan dulce desde la Navidad de 1990, y desde 2016 organiza la Stollenfest, el festival que tiene como protagonista a esta delicia culinaria.
Lurbin Bock es la esposa del maestro panadero Michael Bock, quien con su receta original elabora el stollen tradicional, el que nació en Dresde, Alemania. “El stollen es una receta de origen cristiano, tiene su fecha de producción y su fecha de finalización. En noviembre empezamos y ya no producimos después del 24 porque es un pan de Navidad. En otros lugares lo comercializan todo el año, pero nosotros mantenemos la tradición”, explicó.
El stollen actual se hace con harina, pasas de frutas, almendra y nueces, y están recubiertas con un polvo níveo “que no es azúcar impalpable”, según la aclaración de Lurbin. Algunas variedades vienen con relleno que tienen diferentes orígenes e ingredientes.
Tiene una forma ahusada, pero chata, y representa al Niño Jesús envuelto en pañales. Así que quien obsequia un stollen, es como si ofreciera al Niño Dios como regalo. El primer documento que registra la existencia del stollen data del siglo XIV, e inicialmente se elaboraba solo con agua, aceite y avena.
Posteriormente, a finales del siglo XV, el Papa Inocencio VIII autorizó -a través de un documento, la Carta de la Manteca (Butterbrief)- la utilización de la mantequilla o manteca en la elaboración del stollen, e indicó qué ingredientes debían utilizarse. “Por eso se la conoce como la receta del Papa”, señaló Lurbin.
En los supermercados ya no es extraño encontrar stollen importado de Alemania mezclado con los hechos en Paraguay. Incluso hay cadenas, como Areté, que elabora sus propios productos, mientras que otras confiterías y panaderías, como Old Germany, ofrecen sus variedades en sus locales y otros puntos.
“Nuestra empresa tiene 41 años de tradición en el mercado y el stollen venimos haciendo casi desde nuestra fundación. En estas fechas se vende mucho, sale sobre pedido. Hacemos todos los días, ya que la gente a veces no sabe qué regalar, y como es algo tradicional y exquisito, se lleva mucho; prácticamente todos los días producimos porque se nos terminan muy rápido”, afirmó Christian Fainberger, encargado de salón de Old Germany. La empresa ofrece stollen en dos tamaños: el de medio kg a G. 65.000, y el de 1 kg a G. 112.000.
Más allá: se lo encuentra en el norte y sur
Quien piensa que el stollen está a disposición de los clientes solo en la capital y alrededores, debería saber que en otros puntos del país también se fabrican. En la ciudad de Concepción Che Kamba´i Repostería ofrece el pan dulce al público del norte.
“Es el primer año que nos lanzamos a producir este delicioso postre. Cada año elaboramos los tradicionales panes navideños, pero este año quisimos hacer algo diferente; un producto que no es muy conocido aquí en la ciudad de Concepción”, relató Rocío Blanco, propietaria de la firma.
La emprendedora reveló que al principio tuvieron algunos inconvenientes para adquirir los ingredientes, ya que no es común su fabricación en esa ciudad. “Como nuestro suministro fue netamente local, nos vimos obligados a realizar algunas variaciones y adaptaciones”, reconoció.
El resultado llenó las expectativas, pues el stollen norteño encontró la aceptación de los clientes. “El público lo conoció, lo probó y aprobó. Este fue nuestro producto estrella este año”, remarcó Blanco.
Yendo al sur, en Obligado, Itapúa, Amsel produce una variedad artesanal para la zona. “Nuestra confitería tiene unos 30 años en la colonia. Nos dedicamos a adaptar recetas alemanas a nuestro clima, pero siempre mantenemos la característica artesanal. Stollen es nuestra estrella en época de Navidad”, dijo Mónica Schulz, propietaria de Amsel.
Según Schulz, la confitería Amsel elabora el stollen hace unos 25 años de manera artesanal. “Tengo el tradicional Dresdner Christstollen y otro que es con nueces y almendras para la gente a la que no le gustan las frutas abrillantadas. Los ingredientes los traemos de distintos proveedores”, agregó.
Un stollen de 400 g cuesta G. 48.000 y viene en una caja, listo para regalo. “Este producto se va conociendo en la zona como una especialidad, una delicatessen. Pero es para todo público y clientela. También enviamos a otras zonas del país sobre pedido”, recalcó.
Seguramente desconocido para el gran público hace un par de años, el stollen, gracias a su sabor, está entrando en el gusto de cada vez más paraguayos. No sería extraño que en poco tiempo se sume como una más de nuestras tradiciones de Navidad.