Los datos proporcionados por el Senacsa detallan que en noviembre de este año se exportaron 31.336.153 kg de carne bovina, una contribución determinante para alcanzar esta cifra récord. Este logro demuestra el dinamismo y la capacidad de adaptación de la industria ganadera del país frente a los desafíos globales y locales, manteniendo su competitividad en los mercados internacionales más exigentes.
Este crecimiento en las exportaciones de carne bovina no es algo fortuito, sino el resultado de un esfuerzo conjunto entre los distintos actores del sector ganadero. El sector ganadero local demostró saber cómo posicionar su producto en mercados estratégicos, destacándose por la calidad, el sabor y la trazabilidad de su carne.
Este avance se refleja también en los ingresos generados por estas exportaciones, que alcanzaron los US$ 1.589.955.489 en valor FOB (valor de la mercancía al momento antes de partir hacia su destino) en lo que va del año, marcando un incremento respecto a los valores alcanzados en años anteriores.
El análisis de los datos históricos de exportación entre 2020 y 2024 evidencia una trayectoria ascendente en términos de volúmenes enviados. En 2020, el país exportó 246 millones de kg de carne, cifra que aumentó a 302 millones en 2021 y a 305 millones en 2022. En 2023, los envíos se redujeron a 295 millones de kg, pero en este año la cifra aumentó hasta los 319 millones de kg.
Este crecimiento refleja el compromiso del sector ganadero con la innovación, la eficiencia productiva y el cumplimiento de estándares internacionales que garantizan un producto de alta calidad.
Además del incremento en el volumen, el precio promedio de la carne bovina exportada también registró una notable evolución. Durante 2024, el precio promedio por kilogramo se situó en US$ 4,98, superando los US$ 4,78 registrados en 2023. Este aumento en el valor por kilo refleja tanto la calidad del producto como la creciente demanda en los mercados internacionales. La combinación de un mayor volumen exportado y un precio promedio más alto generó un impacto positivo en los ingresos del sector, fortaleciendo su aporte a la economía nacional.
El sector ganadero local es de los pilares de la economía del país, no solo por su capacidad de generar divisas a través de las exportaciones, sino también por el impacto social que tiene en las comunidades rurales.
Miles de familias dependen de la ganadería como fuente de empleo e ingresos, lo que subraya la importancia de mantener y mejorar las políticas públicas que incentiven su desarrollo. Asimismo, la ganadería paraguaya enfrenta el reto de seguir diversificando los mercados de exportación, asegurando el cumplimiento de requisitos sanitarios y arancelarios cada vez más estrictos.
El crecimiento sostenido de las exportaciones de carne bovina también es una señal positiva para la estrategia de diversificación productiva y económica del país. Si bien los mercados tradicionales continúan siendo importantes, Paraguay se abrió paso en nuevos destinos, fortaleciendo su reputación como proveedor confiable de carne de alta calidad.
Este posicionamiento beneficia a los grandes productores y también a los pequeños y medianos ganaderos que encontraron en la exportación una oportunidad para mejorar su rentabilidad y acceder a mejores tecnologías y prácticas productivas.
Con el cierre del 2024 a la vista, las expectativas para el próximo año son optimistas. El sector ganadero se encuentra en una posición favorable para continuar creciendo, aprovechando las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales y enfrentando con éxito los desafíos que surgen en un entorno comercial competitivo.