En tan solo, los primeros 6 meses del año, la firma paraguaya ha podido exportar unas 450 toneladas de sus galletitas Crackers, en sus diferentes versiones, una cifra que equivale a todo lo exportado en 2017, según Marco Riquelme, presidente de Mazzei.
Consultado sobre cuál será la proyección de este año, el directivo mencionó que se estima exportar un total de 800 toneladas.
Los países que ya cuentan con las Crackers de Mazzei son Uruguay, Brasil, Bolivia, España, Australia y Alemania (de donde se distribuye los snacks a Suiza y Portugal).
“En lo que va del año ya superamos el volumen de todo lo exportado en 2017, y nuestro plan para este año es exportar unas 800 toneladas, cifra que creo que superaremos un poco”, indicó.
El nuevo mercado es el australiano, que fue conquistado gracias a la presencia del directivo en la feria internacional de alimentos, Anuga (Colonia – Alemania).
En Anuga, representantes de la marca Shale Point, comenzaron las tratativas con Mazzei, para así concretar un pedido por 200 toneladas de las Crackers, en sus versiones con Semillas de Chía, con Semillas de Sésamo, con Semillas de Quinoa, con 8 Semillas y de Salvado.
De este pedido, ya fueron enviadas 50 toneladas, quedando lo restante pendiente de envio para este 2018.
En cuanto a los nuevos mercados posibles, Riquelme señaló que están en conversaciones para recalar al mercado de Turquía en 2018, y Argentina en 2019.
“Tenemos muchas proyecciones para ingresar a nuevos mercados, y dentro de eso está el mercado de Argentina, pero nuestra capacidad de producción está un poco limitada para ingresar allí”, mencionó Riquelme.
El mercado argentino de galletitas moviliza USD 2.500 millones por año, por lo tanto, la firma paraguaya deberá hacer una gran inversión para competir con las demás marcas presentes.
“Solicitamos al gobierno que cree productos financieros para empresas exportadoras, para que nosotros no tengamos que estar arriesgando todo para crear una capacidad de producción nueva”, resaltó.
HECHO EN PARAGUAY
Riquelme indicó que la producción de estas líneas no sólo dan valor agregado a la materia prima local, sino que también ayuda al sustento económico de 1.500 familias productoras de la zona de San Pedro.
“Nosotros trabajamos en conjunto con los agricultores, para lograr un trabajo sostenible con ellos. Pero nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de todas las personas que conforman esta cadena productiva”, concluyó.