Toshiba se divide en tres empresas independientes para aumentar el valor de sus acciones, Johnson & Johnson se divide en dos, y General Electric en tres empresas para salvarse de la crisis. Las tres grandes corporaciones fueron noticia porque en una misma semana informaron, casi al unísono, que se fragmentaban.
¿Coincidencia o una nueva manera de encarar los negocios? Para Yan Speranza, rector de la Universidad San Ignacio de Loyola y expresidente del Club de Ejecutivos, la maniobra no es novedosa. “En realidad no es la primera vez que ocurre. Hace mucho tiempo, Jack Welch, el famoso CEO de General Electric, generó una serie de cambios muy importantes. Incluso llegaron a desprenderse de unidades que no les eran tan rentables”, recordó el experto.
Speranza señaló que las citadas son empresas que crecen “de manera gigantesca, empiezan a diversificarse y después se dan cuenta de que hay sectores que no son tan rentables y se dividen o venden”.
Mencionó que los casos en los que una compañía se desprende de una unidad de negocios obedecen a diversas razones pero que normalmente tienen que ver más con una decisión estratégica, con definir en qué mercado prefieren tener mayor presencia, con qué productos y con qué servicios. “Le pasó a IBM en su momento que le vendió a Lenovo toda su división de máquinas y se concentró en servicios”, afirmó.
Lo que además está ocurriendo, aunque este podría no ser el caso de las tres gigantes de referencia, es que en la actualidad también las regulaciones de la mayoría de los países -sobre todo de los países desarrollados- empiezan a mirar con una lupa más grande la fuerte presencia de las megacompañías en el mercado.
“Hace un tiempo una regulación le obligó a Microsoft a dividirse. Y hoy de vuelta hay una preocupación muy grande, sobre todo con las grandes tecnológicas. Estamos hablando de Apple, de Google, de Amazon, de Facebook. Es decir miran la importancia que tienen y les obligan a dividir por el excesivo dominio que poseen”, refirió.
Consultado si esta es una tendencia que va a permanecer en el escenario internacional, Speranza reiteró que es una manera de enfrentar los negocios que ya empezó hace años, porque cuando las empresas grandes crecen de manera desmesurada, empiezan a volverse ineficientes.
“La tendencia más fuerte que veo es que optan por vender ciertos sectores, para volverse más eficientes, porque es imposible que sean buenos en todo. Prefieren concentrarse en menos sectores y mercados y prescindir de otros”, recalcó.
También hay otro factor, y es que de la mano de la revolución tecnológica aparecen con mucha fuerza pequeñas empresas que empiezan a crecer rápido, se concentran en determinados nichos y compiten con mucha determinación con las grandes compañías.
“Las pequeñas empresas son mucho más ágiles, mucho más rápidas para aprovechar los cambios del mercado. Hay una tecnología que las habilita o les genera barreras de entrada mucho más bajas, y las aprovechan. Pero las grandes, a medida que van creciendo, se van volviendo más pesadas y eso les dificulta mucho. Entonces me parece natural que como estrategia se vayan concentrando en algunas cuestiones y vayan dejando otras”, concluyó Speranza.