La agropecuaria, pilar económico del Chaco, sufrió un fuerte retroceso en 2024. Según el intendente de Filadelfia, Claudelino Rodas, la producción agrícola y ganadera alcanzó apenas el 40% de las proyecciones iniciales, debido a la falta de lluvias durante gran parte del año. Esto generó una disminución significativa en la capacidad productiva y un impacto directo en la cadena de comercio.
“Muchos productores que se arriesgaron salieron mal y, de cara a 2025, algunos pocos van a intentar seguir, pero la mayoría está reorientando sus negocios”, reconoció. En la agricultura, las pérdidas fueron considerables debido a la falta de cosechas, lo que impactó en toda la cadena productiva, desde la maquinaria hasta la mano de obra.
Agregó que el sector industrial del Chaco se enfrenta a un dilema, hay interés de inversores por desarrollar empresas en la región, pero las limitaciones en el suministro de energía eléctrica frenaron el crecimiento. “Hay muchos interesados en invertir en la zona, pero no contamos con la infraestructura eléctrica necesaria para sostener nuevas industrias. Esto limita el desarrollo y la generación de empleo”, señaló el intendente.
A diferencia de otros sectores, el turismo logró mantenerse estable en 2024. La región del Chaco, conocida por su papel como punto de descanso para viajeros y destino de inversiones inmobiliarias, mostró un leve aumento en la ocupación hotelera. "Los hoteles no estuvieron vacíos, hubo un buen nivel de ocupación gracias a los visitantes que llegan por negocios o por la compra de inmuebles", señaló Rodas. Este sector, aunque pequeño en comparación con la agropecuaria y la industria, representa una oportunidad para diversificar la economía del Chaco y atraer nuevos segmentos de mercado.
Mientras que el Dr. Egon Neufeld Unger, productor chaqueño, detalló las graves consecuencias para el sector ganadero. "Hubo una estampida de salida de ganado por emergencia, saturando el mercado y generando largas filas en las industrias frigoríficas. Esto llevó a un decrecimiento en el stock ganadero, pero con las lluvias recientes, los campos están comenzando a recuperarse”, señaló. Además, destacó que se espera una fuerte demanda de terneros para 2025, lo que podría estabilizar los precios y ofrecer una oportunidad para los ganaderos.
En el ámbito agrícola, las lluvias de diciembre han reavivado la esperanza. "Hay una expectativa de 100.000 hectáreas de siembra para el próximo ciclo, con rubros como la soja, el sésamo y el algodón liderando las proyecciones. Los productores confían en que este verano y el próximo invierno traerán mejores condiciones climáticas", subrayó Neufeld Unger.
Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del Chaco sigue siendo la falta de infraestructura energética adecuada. Según Neufeld Unger, la región opera con un déficit del 20% en el suministro eléctrico necesario, lo que obliga a depender de generadores y plantas solares en ciertos casos. "Este déficit frena proyectos clave, especialmente en el oeste del Chaco, donde hay un gran potencial de riego y producción independiente de las condiciones climáticas. Hace cuatro años que todo está paralizado porque no tenemos suficiente energía en calidad y cantidad", explicó.
Infraestructura vial: una necesidad urgente
El déficit en infraestructura vial también limita el crecimiento económico del Chaco. Neufeld Unger subrayó la importancia de proyectos como la ruta PY16, la conexión con Roboré y Bahía Negra, y otros corredores estratégicos. "La falta de rutas asfaltadas afecta el transporte de bienes y servicios, encarece los costos y desincentiva las inversiones. Es urgente que se concreten estas obras para desbloquear el potencial económico de la región", destacó.
El panorama comercial también se vio afectado, con una caída casi total de las inversiones. “El movimiento de inversores fue prácticamente nulo, salvo en casos de venta de emergencia. El interés a largo plazo en el Chaco es alto, pero está frenado por las condiciones climáticas y las limitaciones de infraestructura”, señaló Neufeld. Actualmente, el Chaco Central opera con un 20% menos de la energía requerida, lo que paraliza proyectos clave en áreas como el riego agrícola y otras formas de producción independiente de las condiciones climáticas.
A pesar de las dificultades de 2024, hay razones para el optimismo en 2025. Las recientes lluvias han creado condiciones favorables para una nueva temporada agrícola, mientras que la alta demanda proyectada de terneros podría beneficiar a los ganaderos con precios atractivos.
“El Chaco explota cuando llueve, y eso es lo que estamos comenzando a ver. Aunque enfrentamos desafíos, hay un interés genuino en inversiones a largo plazo en la región. Pero para que eso se concrete, necesitamos resolver las limitaciones estructurales, como la energía y las rutas", concluyó.
Con un enfoque renovado y un compromiso con la resiliencia, el Chaco sigue siendo una región estratégica para el desarrollo del país, y 2025 podría marcar el inicio de una nueva etapa de crecimiento y oportunidades.