“Bien organizados podemos ver un Chaco muy diferente en los próximos 10 años”, afirmó Guillermo Caballero Vargas, director de Los Cabos, empresa desmotadora de fibras de algodón que forma parte del grupo de Manufactura de Pilar, que impulsa el cultivo de la fibra en la Región Occidental.
Por su parte Florian Reimer, gerente general de la cooperativa Chortitzer, manifestó que en los últimos 100 años el Chaco se ha desarrollado sólo levemente, pero que en la actualidad una gran parte de la producción alimenticia del país tiene su origen en esa región. “Producimos carne, leche y una parte de la producción agrícola que cada día va creciendo más. Y se van a instalar más industrias: en unos meses vamos a tener la primera aceitera de soja en el Chaco”, adelantó.
En territorio chaqueño también se produce una carne de alta calidad, gracias a la riqueza mineral de su suelo, sobre todo en el Bajo Chaco y en el Chaco Central, donde se obtiene una carne muy sabrosa y con potencial de mercados internacionales de primer nivel.
“No debemos limitarnos a enviar medias reses. Tenemos que avanzar en la industrialización de cara al mercado asiático. Con la inauguración de la ruta bioceánica, en dos años el Chaco quedará muy cerca de los mercados asiáticos”, agregó Caballero Vargas.
Reimer recordó que hoy existe en el Chaco una industria de leche en polvo que se viene desarrollando en los últimos 10 años y con calidad de exportación. “El año pasado inauguramos una nueva desmotadora de algodón y por qué no pensar en una industria textil, que es una actividad que demanda mucha energía”, añadió.
Caballero Vargas mencionó que el departamento de Presidente Hayes tiene además un gran potencial de producción de arroz de cara al mercado mundial. Existe un proyecto del grupo de Graciano Pereira (GPSA) de 15.000 hectáreas del grano en los próximos dos o tres años.
“Eso va a crear un polo de desarrollo agrícola e industrial. La familia Pereira está instalando molinos para la exportación. Esta iniciativa va a hacer que se contagie. Hay en Concepción y en Cerrito otros proyectos, que van a ser un gancho para que muchos ganaderos de la zona se inclinen por la agricultura y generen un efecto multiplicador mayor”, apuntó.
Caballero Vargas recalcó que el Chaco puede ser una fuente de generación de empleos y un polo de desarrollo formidable a condición de que el Estado lleve adelante una agresiva política de comunicaciones no sólo terrestres sino también aéreas. “Afortunadamente parece que algunos empresarios se están organizando para ofrecer vuelos desde Asunción a Filadelfia desde diciembre”, indicó.
Agregó que para ello es fundamental tener a disposición buenos caminos, buen internet y buenas comunicaciones en general. Y lo más importante es tener acceso a electricidad confiable, una electricidad que pueda ser usada con confianza por las industrias, principalmente.
“Lo que requerimos es un valor agregado mucho mayor en los productos, que ya se están produciendo y que crecerán en cantidad. La materia prima del Chaco tiene que transformarse. Necesitaremos hilanderías, aceiteras, todo tipo de desarrollo de semillas, en definitiva investigación. Hay un campo enorme de aportes que tienen que ser mancomunados para tener un desarrollo integral y con posibilidades de consolidarse en el futuro. El Chaco nos va a ofrecer muchas sorpresas todavía y va a consolidar el desarrollo paraguayo”, auguró.
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